Torres – Este  castillo no es lo bastante grande para los dos (o tres, o cuatro)

Michael Kiesling y Wolfgang Kramer, 1999. F.X. Schmid (HUCH! – Devir)

Este castillo no estaba aquí ayer.



Antes de que hablásemos de Feld o de Chvátil, antes de Rosenberg, Friese o Wallace, antes de Knizia, cuando hablábamos de juegos de mesa, que ni eurogames los llamábamos por aquel entonces, había que nombrar a Wolfgang Kramer (y, si acaso, ya nos acordaríamos de vez en cuando de mencionar también a Michael Kiesling, que el pobre tiene ahí su nombre puesto en títulos clásicos y lo tenemos como si fuera un Milhouse de la vida). Y este año parece que nos ha dado por recordar a este gigante del mundo de los juegos: Maldito Games publica las versiones renovadas de Mexica y Tikal (y Java parece que está esperando su turno), en Restoration Games le dan un lavado de cara a Tempo, su primer juego publicado, ahora con el nombre de Downforce y hace nada que Devir nos ha traído una nueva versión de Torres, otro de sus títulos clásicos. Y claro, la pregunta que nos hacemos es: ¿tan mal está el panorama del diseño de juegos de mesa que un juego de 1999 suena apetecible? ¿Qué será lo próximo, darle un premio a “juego del año” a un producto del siglo pasado?

Ríete tú de los Stark y los Lannister.

Y a ver, sin llegar a volvernos locos, la verdad es que si no habéis catado Torres, deberíais hacerlo. Esta escuela de eurogame viejuno de juegos con cuatro reglas y muchísima mala leche siempre me ha parecido mucho más valiosa que la moda que últimamente impera entre los muevecubos de poner mil detallitos y excepciones para cosas que, al final, acaban siempre siendo de coger cartas y buscar la combinación que da más puntos. Un tablero pelado, fichitas con forma de castillo y una misión: pon tus peones en la torre más alta del castillo más extenso que puedas, mientras vas al mismo tiempo construyendo ese castillo.

En cuanto a reglas, poco más tiene Torres: en tu turno dispones de 5 puntos de acción para poner caballeros en el tablero, construir castillos y mover tus caballeros de manera que, cuando llegue la ronda de puntuación, estén en las posiciones que más puntazos den. ¿Y cuáles son esas posiciones? Pues en cada castillo puntúas tu caballero más alto, y la puntuación es la superficie del castillo por la altura a la que esté el caballero. Repetir tres veces y a casa. Y si estás pensando que suena sequísimo, tendrás toda la razón del mundo. A Torres no se viene a colocar losetas con dibujitos: se viene a pelear, y cada paso que des va a estar contrarrestado por otra acción del oponente, y eso de “tú ve a tu jugada que yo iré a la mía” no se estila. ¿Habéis oído hablar de Santorini, un abstracto muy bonito y muy caro que lo petó hace poquito en Kickstarter? Bueno, pues Torres es un Santorini que destila odio y rencor por los cuatro costados. Si te encuentras con un eurosnob de esos que consideran que un juego es mejor o peor basándose sólo en la puntuación de peso que le dan en BGG, plántale un Torres y ten a mano un paquete de pañuelos para cuando empiecen a asomar las lágrimas.

A la izquierda, componentes de 1999. A la derecha, 2017. De nada.

Por otro lado, la pregunta que os estaréis haciendo es si merece la pena esta nueva versión que nos saca ahora Devir, que vale que el juego mole (y mola mucho), pero a veces con la excusita de “reedición para toda la familia” nos cuelan cada producto de baratillo que a veces asusta. Que en ocasiones puede colar la cosa porque te lo ponen a un precio más asequible (¡Pingüinos! o Genial podrían ser ejemplos de ello), pero otras veces, especialmente cuando el juego original es difícil de conseguir, se pueden subir un poquitito a la parra con el precio, como ocurrió con Ra. En este caso, si bien no estamos ante los excesos (que bienvenidos sean, si me preguntáis) de Mexica o Tikal, del que ya os hablaré otro día pero que os voy adelantando que es mi favorito de la saga, sí estamos ante una edición, en cuanto a componentes, bastante decente, lo suficiente como para que ya esté pensando en buscarle un hogar a mi edición antigua de Rio Grande Games y quedarme con ésta. Lo único que quizá me gusta más de la edición anterior es el corte del tablero, que aquí tiene ese “valle” típico de los juegos de grandes superficies. Si tenéis una edición anterior, las mejoras no son tan espectaculares como para deshaceros de vuestra copia y buscar esta (yo lo voy a hacer, pero tampoco es que yo sea un ejemplo a seguir), pero si os falta este pepinaco en casa y queréis haceros con él, lo que vais a encontrar en las estanterías de vuestra tienda favorita ya es mejor que lo que tendríais que andar buscando en mercados de segunda mano.

Juego proporcionado por Devir Iberia

3 Comments on Torres – Este  castillo no es lo bastante grande para los dos (o tres, o cuatro)

  1. Muy de acuerdo con tus comentarios, prefiero el viejo estilo en los juegos, sinceramente. Este Torres es de freir el cerebro, literalmente.
    Mi edición favorita es la de FX, la que pones en la foto comparativa, con caja más chiquita y una ilustración de lo más bonita.
    Respecto a Kramer, todo lo que se diga es poco. ¿Quizá el autor más importante de la historia?
    Y lo de recuperar clásicos, pues a mi me parece estupendo. Los nuevos aficionados tienen así la oportunidad de bucear entre títulos de hace años, y en general, si un juego se reedita 20 años después, debe ser porque lo merece. Como con las novelas, seguro que hoy en día hay maravillosas novelas de aventuras, pero, ¿no merece seguir estando accesible La Isla del Tesoro? Pues eso.
    Esperando tus comentarios sobre Tikal, otro de mis muy favoritos. Y de paso, yo deseando de probar el Java, que es el que no he catado aún.
    Saludos,
    Javi

  2. Ra es de FFG / Edge

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