Reseña: Rivet Wars: el Frente del Este

Rivet Wars: the Eastern Front. Bill Podurgiel y Ted Terranova, 2013 - Cool MIni or Not (2014 - EDGE Entertainment)

Preparen, apunten, ¡suelten la pasta!

Preparen, apunten, ¡suelten la pasta!

Cool Mini or Not saben lo que queremos: figuritas, cuanto más chulas mejor. Y dejadnos pagar paletadas de dinero por ellas varios meses antes de tenerlas. Y pagar más aún por más figuritas todavía. Son una auténtica máquina infernal de convertir plástico en dinero. Su penúltimo plan para acercar nuestras cuentas corrientes a cero consiste en una Primera Guerra Mundial alternativa en el que los soldados son bajitos, cabezones y se mueren de maneras muy simpáticas. ¿Volverán a salirse con la suya, o tendremos por fin la excusa que necesitamos para no comprarles esta vez y dedicar nuestro dinero a cosas más mundanas como comprar comida o pagar el alquiler?

Rivet Wars: el Frente del Este (y sí, el subtítulo significa que hay más expansiones y escenarios a la vista) es un juego de combate táctico muy ligero, en la línea de videojuegos como Advance Wars o Big Little War Game, en el que vamos a enviar oleada tras oleada de tropas prescindibles a estamparse contra el enemigo en busca del único recurso que tiene valor en el apocalíptico mundo en el que nos encontramos: los puntos de victoria.

En nuestro turno haremos las siguientes cosas en orden: ponemos unidades en juego (cuáles y cuántas depende del escenario), luego atacamos con las que tengan algún enemigo a tiro y por último movemos. Después le toca al oponente, y así hasta que alguien llegue a la cantidad de puntos de victoria acordada para ganar la partida. Tan simple como eso.

Si os parece muy sencillote, es porque es así: el objetivo de Rivet Wars no es ofrecernos una profunda experiencia estratégica ni un acongojante abanico de opciones, sino darnos la posibilidad de mover esos muñecotes tan simpaticones por los que hemos pagado nuestros buenos euros y tirar dadetes. ¿Que el oponente empieza a sacar seises como un loco y te deja sin figuras? Sin problema: el turno que viene vas a poner en juego unas cuantas más, así que nunca te vas a quedar sin cosas que hacer.

Y sin embargo, dentro de su sencillez (en diez minutos ya has explicado todas las reglas necesarias, y probablemente te haya dado tiempo a hacer unas palomitas en el microondas para picar durante la partida) Rivet Wars tiene espacio para destellos de genialidad como la posibilidad de ir mejorando tus unidades más potentes o cómo han tratado el viejo piedra-papel-tijera en el que cada unidad es más fuerte contra un tipo de enemigos que otros: para saber lo efectiva que es la unidad que estás usando contra tu objetivo, simplemente consulta su hoja y te dirá cuántos dados tienes que tirar. Cosas como armas de área, unidades rápidas y demás detallitos siguen un diseño basado en excepciones, es decir, si una figura hace algo distinto a las demás te lo indicará la descripción de esa figura en vez de dedicarle una sección en las reglas, lo que ahorra tiempo de explicación y hace mucho más fáciles de encontrar las reglas concretas para cada cosa.

¿Y dices que con esto se juega?

¿Y dices que con esto se juega?

¿Es Rivet Wars el mejor juego de guerra que existe? Probablemente no: es, al fin y al cabo, un juego con un factor aleatorio importante y en el que lo que hagas turno a turno tiene mucho más peso que una planificación general. Le echo en falta más variedad en cuanto a terreno y quizá uno o dos tipos de unidad adicionales no le vendrían mal (aunque esto último está más que solucionado con el anuncio de expansiones futuras), pero por otro lado tiene una inmediatez que lo hace muy atractivo para echar una horita escasa de tirar dadetes y mover figuritas por el tablero sin tener que preocuparte por estrategias y planes a largo plazo. En definitiva, si crees que puedes sobrevivir un mes a base de arroz y patatas a cambio de pasártelo como un enano, Rivet Wars es una opción bastante más divertida que dejarte esa misma cantidad en drogas, y es menos probable que se te caigan los dientes por ello a no ser que tengas muy mala puntería tirando dados.

Lo mejor: lleva perfectamente la sensación de los videojuegos de crear unidades y mandarlas contra el enemigo a un tablero, y la producción es espectacular.

Lo peor: quizá sea demasiado sencillo para los que busquen una experiencia estratégica profunda.

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1 Comment on Reseña: Rivet Wars: el Frente del Este

  1. escueladejuegos // diciembre 1, 2014 en 7:20 pm // Responder

    Nos viene bien la reseña para conocer un poco mejor este juego, aunque seguimos indecisos. Está en la lista de probar antes de comprar (y más con el precio que tiene).
    Nos “asusta” que sea un juego “de minitaturas” por el tema expansiones, que ya se entrevé en el título. Y quizá su sencillez esté planeada para que el cuerpo te pida más cuando salga…
    De momento para darnos tortas con muñecos cabezones seguimos con Krosmaster, aunque sea otro estilo.

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