Reseña: Keyflower

Sebastian Bleasdale y Richard Breese, 2012 - R&D Games (2014 - Ediciones MasQueOca)

La portada ya sugiere acción trepidante por los cuatro costados.

La portada ya sugiere acción trepidante por los cuatro costados.

Hay juegos en los que cada acción que realizas la puedes justificar por su tema, juegos que te transportan a otro mundo y te hacen vivir experiencias que jamás imaginarías, en los que te transformas en un valiente guerrero, un poderoso mago, un terrible monstruo, un arriesgado piloto de caza, un implacable magnate del ferrocarril o, por qué no, un pobre granjero luchando por sobrevivir al invierno. Keyflower no es uno de esos juegos.

En Keyflower eres un… este… jugador que busca puntos de victoria, y para eso tienes muñequitos de colores con los que pujas por losetas y usas para activarlas. Si quieres imaginarte que eres el alcalde de una colonia, o un emperador espacial, o un grupo de aventureros que mata orcos, allá tú, y da gracias a que la hermana y la sobrina de uno de los diseñadores son buenas con los lápices, que si no te encuentras las losetas mondas y lirondas (la idea original era hacer un juego de mafiosos, con eso lo digo todo). Es que por no tener, no tiene ni señor enfadado en la portada: ya ni las tradiciones se respetan.

Sin embargo, hay veces que este tipo de honestidad hasta se agradece: mejor que te digan desde un principio que te vas a encontrar con una ensalada de puntos a que te prometan convertirte en un majestuoso emperador-guerrero al cargo de un Imperio y luego te encuentres colocando palitos de madera sobre una cuadrícula. Aquí lo único que te prometen es un eurazo con sus losetas, sus pujas y sus barrilitos de madera, y eso es lo que te dan. Y en cantidades.

¿Quieres subastas? Toma subastas: en cada ronda de Keyflower puedes pujar por entre 6 y 10 losetas de acción, más las de orden de juego, así que raro será que no encuentres alguna ganga. El modo de pujar es bien curioso: en tu turno, una de las acciones que puedes llevar a cabo es pujar por una de las losetas de la oferta: para ello pones la cantidad de señores que quieras pujar (porque aquí se comercia con vidas humanas, como en Spartacus) y listos, con un par de excepciones: todos los señores tienen que ser del mismo color, y si ya hay una puja en esa loseta sólo puedes superarla con señores del mismo color que los que ya hubiera. Sí, además de hacer apología del esclavismo, este juego es racista. Y luego los aficionados a este tipo de juegos dicen que no les gusta la violencia. En fin. Por si fuera poco, si un jugador supera la puja de otro, este último recupera sus señores, porque también estamos ante un juego que promueve el bullying. Anda que ya les vale.

Vienen buscando una nueva oportunidad. Encuentran sólo odio.

Vienen buscando una nueva oportunidad. Encuentran sólo odio.

¿Quieres colocación de trabajadores? Toma colocación de trabajadores: si no quieres tomar parte en una de las execrables prácticas de comercio con vidas humanas y segregación racial de la subasta de losetas, puedes usar tu turno en poner señores en una loseta, ya sea tuya, de un oponente o de las que se están subastando, y realizar la acción correspondiente, que generalmente consiste en obtener más señores, barriles de mercancía o fichas de habilidad. Todo el mundo sabe que barrilitos de madera y fichitas de cartón son igual a puntazos, así que querrás muchas de esas cosas, y estás de suerte, porque puedes utilizar una misma loseta varias veces, incluso aunque ya la haya utilizado otro jugador: el único problema es que tienes que meter más señores de los que se usaran la última vez, y una vez más tienen que ser del mismo color. Ya estarás viendo que tener más señores de colores que no tengan los demás puede ser una ventaja importante, y de ahí la importancia de estar atento a cuáles se usan y cuáles se devuelven a la reserva de cada jugador, así como de conseguir señores adicionales, especialmente los verdes, que no aparecen al inicio ni en los barcos que te van dando reemplazos cada ronda, sino que los tienes que conseguir usando determinadas losetas.

¿Quieres logística? Toma logística: cuando utilizas una loseta para producir barriles, estos barriles aparecen en esa loseta (si es tuya) o en tu loseta inicial (si usaste la de otro jugador o una de las de la oferta para subasta), pero generalmente no te valen de mucho ahí, así que tienes que irlos moviendo usando tus acciones hasta el lugar adecuado para mejorar una loseta u obtener puntos por acumulación al final de la partida. Como cada loseta tiene una cantidad de conexiones concreta y la capacidad de movimiento suele ser bastante limitada, tienes que poner especial cuidado en dónde colocas las losetas que vas consiguiendo, ya que si la producción de barriles grises te pilla muy lejos del espacio en el que cambias barriles grises por puntos de victoria vas a derrochar muchas acciones en el trayecto, o quizá incluso te compense usar la producción de otro jugador para que esos barriles aparezcan en tu loseta inicial si ésta te pilla más a mano.

¿Quieres múltiples vías de puntuación? Toma múltiples vías de puntuación: al principio de la partida vas a recibir parte de las losetas que se pondrán a subasta en la última ronda, y cuando ésta llegue vas a decidir cuáles poner en juego, siempre teniendo en cuenta que otro jugador puede pujar más por ella y mandar tus planes de gloria al garete, con lo que te conviene fijarte bien durante toda la partida en qué señores está usando y consiguiendo cada jugador o por qué tipo de losetas está pujando más para estar preparado cuando llegue el momento.

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It’s on, bitches.

Keyflower, como veis, tiene de casi todo menos un tema, pero lo que principalmente exuda es mala leche: esos planes perfectamente diseñados que se van al garete porque otro jugador pone un señor del color preciso en el momento justo, esos señores amarillos que vas acumulando sin utilizar para luego sacarlos todos a la vez en el último turno y pillar a todo el mundo por sorpresa, esa necesidad de priorizar cada una de las acciones que necesitas para reducir el riesgo de que otro te las pise, todos esos elementos crean un entorno extremadamente competitivo que ni te imaginas cuando ves las ilustraciones de cuento infantil y los meeples de colores vivos y hacen de Keyflower uno de los juegos de gestión de recursos más interesantes y completos de los últimos tiempos. Si te gusta hacer trabajar a las neuronas hasta que te salga humo de las orejas, pocas opciones mejores vas a tener y, cuando uno se encuentra ante un juegazo de estas características, ¿quién necesita un tema?

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4 Comments on Reseña: Keyflower

  1. Yo tengo una especial relación de montaña rusa con este juego. Me hypeo a jierro y se me quita, y me vuelto a hypear… Creo que de estas Navidades no pasa!

  2. Es una mezcla curiosa. Parece que no hay interacción pero lo mismo te echan de la puja por una loseta que te quitan el espacio de tu pueblo para que otro jugador haga uso de él. Y sorprendentemente, la mezcla funciona bastante bien, yo diría que hasta 4-5 jugadores.
    El cuánto te quemará las neuronas dependerá de cuanto AP tenga el jugador, porque en realidad, obtienes puntos por muchas cosas pero no hay tantas cosas que te den muchos puntos (losetas grandes) como para ganar la partida.
    Tiene combos, pujas, interacción de varios tipos, variedad y rejugabilidad, funciona bien a varios jugadores… si, no tiene tema, pero la verdad es que no lo necesita, es un juego supeditado a la interesante mezcla de mecánicas.

  3. A mí me encanta. Tiene el ap justo y la interacción es muy alta

  4. Yo como iMisut ya me hypeé bastante, y gracias a los Reyes Magos, vamos a hacer un Joaquín Prat…… A jugar!!!

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