Zombies vs Cheerleaders: tanga letal

Richard Toquet, 2015 – Matagot

Ficha en BoardGameGeek

Engendros salidos de la imaginación de una mente enferma cuya existencia desafía todas las leyes de la naturaleza. Y también zombis.

Engendros salidos de la imaginación de una mente enferma cuya existencia desafía todas las leyes de la naturaleza. Y también zombis.

La frontera entre la sátira y el exploitation es muy difusa, así que voy a dejaros a vosotros mismos juzgar si el tema y el grafismo de este juego son una ácida crítica a la cosificación de la mujer, la hipersexualización de menores de edad que sirven como adorno para entretener al público mientras los machos descansan en una sociedad que sigue perpetuando los roles de hombre deportista y activo y mujer como premio al esfuerzo, o si son tan solo una excusa para dibujar tetas. Aunque, qué queréis que os diga, tengo mis sospechas. Pero en fin.

Zombies vs Cheerleaders es un juego para dos jugadores en el que uno lleva a una horda de zombis con hambre de cerebros de jovencitas, y el otro lleva a las jovencitas propiamente dichas, que no tienen demasiadas ganas de ser devoradas. El juego bebe mucho de los juegos estilo tower defense para móviles como Plants vs Zombies, cambiando la flora de jardín en esta ocasión por púberes ligeritas de ropa; una vez más, sin comentarios. Pero bueno, que aquí habéis venido a que os hable de juegos y seguro que estáis deseosos por saber más acerca de la profundidad estratégica  y el valor de las decisiones de esta novedad, así que voy a intentar centrarme.

Hagas lo que hagas, ponte bragas.

Hagas lo que hagas, ponte bragas.

Nos encontramos ante un juego completamente asimétrico, tanto en objetivos como en mecanismos: el jugador zombi coloca a todo su ejército sobre la mesa boca abajo al principio de la partida, como si fuera el inicio de una partida de Stratego, y durante la partida irá haciendo avanzar su horda por filas o columnas y destruyendo las barricadas que tiene enfrente con el fin de, si hay suerte, merendarse a una animadora. El jugador animadora va moviendo a sus personajes de una columna a otra aprovechándose de sus ataques especiales y gestionando su energía (cada vez que una animadora ataca o es atacada pierde energía, y al llegar a cero le entra sueñito) para acabar con todos los zombis. La chispa del juego viene por las capacidades especiales de cada zombi como adelantar varios espacios o atacar a distancia, y de los bonificadores que cada bando tiene por destruir barricadas o matar zombis-jefe, que le dan más variedad al asunto.

La primera partida que juguéis os va a parecer que la cosa no tiene pies ni cabeza, y todo va a parecer demasiado aleatorio. Luego ya empezáis a colocar los zombis con cabeza y a analizar la situación para ver qué animadora conviene usar cada vez y al final oye, no es tampoco algo que vaya a sacudir los cimientos de la industria pero se deja jugar, y el estilo tower defense no se ve, en mi opinión, lo suficiente en el terreno de los juegos de mesa teniendo en cuenta las posibilidades que ofrece. Si algo tengo que echarle en cara en cuanto a mecánicas es que el peso principal de las decisiones del jugador zombi está en la preparación de la partida, que es cuando decide el orden en el que cada tipo de zombi va a aparecer y cuando decide su estrategia, mientras que durante la partida en sí se limita a avanzar las cartas (por cierto, jugad con tapete o con fundas si queréis que el juego os dure, que vais a arrastrar cartas por la mesa muy a menudo) mientras que las animadoras tienen todos los turnos varias cosas que tener en cuenta y prioridades que revisar.

En resumen, Zombis vs Cheerleaders, si bien no es un juego excelente, sí cumple su función y justifica su precio, siempre que el tema no os eche para atrás, claro.

Te gustará si: buscas un tower defense con el que pasar veinte minutos entretenido y en el que cada bando esté realmente haciendo algo distinto.

Lo odiarás si: el cambio de plantas por animadoras no te acaba de convencer.

Juego proporcionado por Generación-X.

 

 

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