Ylandyss: compro vocal
Mi principal problema con Ylandyss es que, desde que abrí la caja hasta que lo jugué, todo destilaba ese aire a fantasía de quinceañero, empezando por la ambientación fantástico-genérica que no dice absolutamente nada ni ofrece un ápice de originalidad (al menos las ilustraciones son decentes, eso sí). Y es que mucha gente confunde el concepto de juego temático con meter dragones, magos y bárbaros porque sí; jugando a Ylandyss no vas a preguntarte por las lejanas tierras y místicos secretos que encierra su mundo, sino que vas a tener una sensación de “aquí el amigo se ha leído dos números de La Espada Salvaje de Conan, ha echado una partida a HeroQuest y a partir de ahí ya ya tirado”. Pero bueno, la misma -nula- carga temática tiene Dominion y ahí está, así que tampoco vamos a darle el martillazo aún.
Te pones a jugar entonces, y en un principio no hay nada que rechine: tienes tus cartas iniciales como en cualquier juego de construcción de mazos, añades un par de cartas más escogiéndolas al principio, detalle bastante majo, pones unas cuantas sobre la mesa para formar la oferta inicial y te pones a jugar. Esa inmediatez también es muy de agradecer, que más de una vez hemos ido a jugar a Marvel Legendary y nos ha dado tanta pereza ponernos a montarlo que acabábamos dándole a Súper Rino. Lees que la partida es al primero en llegar a 20 monedas, que dicen no sé qué de empezar con 10 ó 15 las primeras partidas, y como eres ya todo un profesional te dices que eso es de pringados y que a 20 como los mayores. Error.
Cada turno tiene dos fases: subasta y compra. En la subasta os vais turnando bajando cartas que sumen a vuestra fuerza o reduzcan la de los rivales, con cuidado de ir bajando las cosas en el orden en el que os van a dar mayor ventaja y a ver si ha habido suerte y os han tocado las que combinan bien entre sí. Cuando todo el mundo se ha cansado ya de bajar cartas, el que ha ganado la subasta recibe monedas, más cuantas más cartas de las potentes hayan bajado sus rivales, y es el primero en esoger cartas de la oferta para comprar. Las cartas se compran o bien con monedas o bien descartando cartas de la mano, con el detalle adicional de que lo que pagues en un turno no puede superar a la fuerza que hayas conseguido en la fase anterior. Las cartas que compres las añades a tu mazo, las monedas que te sobren las guardas como puntos de victoria, robas hasta completar tu mano y empieza el nuevo turno, hasta que alguien llegue a la cantidad acordada de puntos.
Un problema importante de Ylandyss es el brutal efecto bola de nieve que tiene: el que gana un turno de subasta tiene más monedas y escoge primero, con lo que se queda con las mejores cartas. Al haber comprado mejores cartas, tiene ventaja en la subasta siguiente, así que será más probable que la gane y compre mejores cartas, haciendo la brecha entre los jugadores cada vez más y más profunda. Esto no sería tan distinto de lo que ocurre en otros tantos juegos de construcción de mazos si no fuera por lo insufriblemente largo que se hace éste. Una partida de Dominion o Star Realms la tienes ventilada en menos de media hora, así que para cuando un jugador ya tiene el mecanismo funcionando son sólo un par de turnos antes de que acabe la partida, lo justo para “premiar” al que ha conseguido las mejores cartas pero no tanto como para que los demás se aburran. Ylandyss se alarga demasiado (sobre todo si no juegas a 10 monedas como la gente decente y te empeñas en hacerlo a 20 como dice el manual que es el juego “de verdad”), así que te toca quedarte ahí intentando enfrentarte al Señor de los Dragones Arcanos con tu mondadientes usado hasta que decida dejar de comprar cartas, guardarse las monedas y acabar con tu sufrimiento.
Si no te importa la ambientación insulsa, el desequilibrio desde el primer turno ni que el juego se alargue más de lo humanamente decente, al menos por cuatro perras tienes un juego con alguna que otra ilustración bastante maja. Si no, una bolsa de pipas también es barata y resulta más o menos igual de entretenida.
Te gustará si: quieres hacer una colección de cromos con dibujos de fantasía medieval.
Lo odiarás si: os empeñáis en jugar una partida completa.
Juego proporcionado por Generación-X.
A mi es juego que me ha gustado y a la gente que se lo he enseñado le ha gustado
No creó que haya un efecto bola de nieve tan acentuado como quieres hacer ver, sobre todo en partidas a 4 o 3 jugadores, a 2 si que puede ser
Yo lo suelo jugar a 15 monedas y con gente sin mucho AP, no se me hacen largas las partidas
Para mi un juego divertido, me gusto más k Dominion