Time of Crisis y los grados de simulación
Wray Ferrel y Brad Johnson, 2017 – GMT Games

Se ve que en esa época ya vivían muy apretaditos.
En el siglo III, tras el asesinato del emperador Alejandro Severo, Roma cayó en un estado de incertidumbre política en el que diversas facciones competían por hacerse con el control del Imperio, con alzamientos militares y revueltas constantes, hasta que la llegada de Diocleciano calmara los ánimos. Este periodo de casi 50 años en el que hubo hasta 26 emperadores distintos es el que nos ofrece revivir GMT en Time of Crisis, y yo todo esto lo he sacado de Wikipedia porque de Historia Antigua ando regular.
En realidad no es sólo en Historia Antigua, sino en Historia en general. Nunca se me ha dado bien recordar fechas y nombres, aunque sí que me interesan detallitos curiosos, desde la historia de la carrera entre Nellie Bly y Elizabeth Bisland o por qué Londres no es lo mismo que City of London, o básicamente todo lo que sacan en Drunk History. No es que ame la Historia, es que le miro el culo cuando me la cruzo por la calle. Y lo mismo me pasa con los juegos ambientados en una época histórica concreta: no juego para aprender (aunque sea un efecto secundario bastante agradable), sino para que me cuenten una historia interesante o vivir una experiencia satisfactoria, y en esto Time of Crisis ha sacado nota.
En Time of Crisis representamos el papel de distintas dinastías durante la Crisis del Siglo III cuyo objetivo es hacer perdurar su nombre. Para ello buscaremos hacer cosas dignas de ser escritas, ya sea librar batallas contra invasores bárbaros, ya sea ser muy queridos en las provincias bajo nuestro control, ser nombrados emperadores o incluso montándonos nuestro propio imperio con casinos y furcias. Hasta aquí vamos muy bien, que los romanos son como los nazis de la Antigüedad, que hacen que todos los juegos ya molen un poquito más. Que sí, que si los egipcios tenían sus pirámides y sus jeroglíficos, los griegos sus filósofos y sus espartanos y los babilonios sus babiloniadas, pero a mí para jugar que me pongan un buen romano con su pecho de lata, su gladius y su casco con penacho como en las pelis.

Y con su mapa feúco y sus fichitas de cartoncete, como tiene que ser.
La mecánica principal de juego es la construcción de mazos: empezamos con un mazo básico de nueve cartas (tres militares, tres senatoriales y tres populistas) y en nuestro turno vamos a jugar cartas de nuestra mano, realizar acciones con ellas, comprar más cartas (o “quemar” las cartas básicas para ciclar el mazo más rápido) y rellenar la mano. Lo de usar cartitas para hacer cosas en el tablero no es nada nuevo, que ya lo hizo en su momento Martin Wallace en su injustamente olvidado Mythotopia, pero aquí la vuelta de tuerca que le dan a esa mecánica básica es que a la hora de rellenar nuestra mano no nos limitamos a robar del mazo, sino que elegimos qué cartas vamos a usar en nuestro próximo turno. Y claro, puede ser muy tentador hacernos con las cartas gordas y ya, pero como hasta que no hayamos pasado por todo el mazo no vamos a poder recuperar el descarte, en algún momento habrá que elegir las flojitas. ¿Alternamos turnos bomba y turnos chusteros, nos centramos en un tipo de acciones cada vez o intentamos tener un poco de todo?
Pero claro, con construir mazos y poner fichitas a estas alturas no vamos a ningún lado, y más si estamos hablando de un juego que nos va a durar de dos a tres horas. Lo que Time of Crisis nos da es lo que vamos a esperar en un juego de romanos: jaleo. Los puntos de legado por los que peleamos están directamente ligados a la cantidad de provincias que controlemos, y si esas provincias están en manos de otros, pues a por ellos habrá que ir. Y si ser el emperador (es decir, el que controle Roma) nos dobla los puntos que sacamos, podréis imaginar que vamos a estar conquistando y reconquistando Roma cada dos por tres, que no vamos tampoco a tener las espadas y escudos cogiendo polvo. Time of Crisis es un juego de conflicto continuo, en el que no correr riesgos es una manera estupenda de comernos un mojón y la situación de una ronda a otra puede dar muchos vuelcos. Las cartas que compremos durante la partida, además de darnos más puntos para realizar las acciones básicas, nos dan la oportunidad de utilizar acciones especiales como sobornar a las tribus bárbaras cercanas, alentar revueltas en las provincias gobernadas por nuestros oponentes, rebelarnos contra Roma o usar la guardia pretoriana para proclamarnos emperadores al grito de ¡aquí manda mi gladius!

Optimiza y construye tu mazo, pero tampoco nos pasemos con las opciones.
Llegados aquí podéis estar subiéndoos por las paredes de ganas por jugar a Time of Crisis, y no os culpo, pero hay un par de cositas que tenemos que tener en cuenta antes, que si no os las dijese no estaría siendo completamente honesto. La primera es que, oh sorpresa, nos volvemos a encontrar con un juego que miente en su descripción, concretamente en la parte que dice “de 2 a 4 jugadores”. Que a ver, técnicamente es posible, pero a la hora de la verdad esto hay que jugarlo a cuatro. Vale, con tres si no hay más remedio me podéis convencer y será una experiencia entretenidilla, pero con dos esto no tiene interés alguno, y es que estos juegos de caos y conflicto siempre estarán mejor cuantas más víctimas y traidores en potencia estén en el ajo.
La segunda es el propio manual, que para no romper la tradición de GMT es de esos que tienes que estudiarte de pe a pa antes de ponerte a jugar, porque está lleno de contradicciones, reglas explicadas donde menos te lo esperas y excepciones: mi recomendación sería que, si encuentras un grupo para jugarlo, asumáis que la primera partida no cuenta, que vais simplemente a ver cómo funciona la cosa y después os metéis a leer FAQs, aclaraciones y erratas para ir auditando los errores que hayáis cometido. Porque, os lo aseguro desde ya, errores vais a cometer.
Pero con todo, Time of Crisis es uno de esos juegos que, utilizando elementos de diseño actuales e incluso introduciendo alguna novedad (en este caso la selección de cartas en lugar de limitarte a robar al azar de un mazo), consigue un airecillo viejuno que a los que nos pasamos la adolescencia jugando a Diplomacia, Junta o Machiavelli nos sabe a gloria. Si estás cansado del típico juego de reunir cubitos y cambiarlos por puntos pero no sabes si un juego-monstruo de mil horas va a ser demasiado para ti, aquí tienes una opción perfecta para mojarte el dedo gordo del pie en el océano de los juegos a los que por aquel entonces llamábamos temáticos. Y con romanos. ¿Qué más se puede pedir?
Tiene una pinta estupenda (como siempre tu reseña es tan divertida), aunque parece uno de esos juegos difíciles de conseguir. Eh, ¿estás haciendo la 2ª campaña de Pandemic Legacy?
A nosotros nos parece dificilísimo: no conseguimos pasar ningún mes a la primera.
Ah, que tengas muy feliz nuevo año.
Gracias por tu reseña. Tiene una pinta excelente y el tema me mola un montón. Lo malo es que no creo lograr sentar 4 en la mesa para jugarlo, por lo que tocará pasar. Afortunadamente he logrado sacar el Triumph&Tragedy que está diseñado para 3 (aunque es más largo…).
Por cierto, feliz año!!!