This War of Mine: el juego de tablero y la guerra desde abajo
Michał Oracz y Jakub Wiśniewski, 2017 – Awaken Realms (EDGE Entertainment)

Por si tu vida es demasiado feliz.
Ya reseñé la versión electrónica de This War of Mine tiempo atrás, y sigo recomendándoos ese pedazo de cacho de trozo de juego que, aparte de ser muy recomendable desde un punto de vista estrictamente estratégico, plantea unas cuestiones que a veces viene bien plantearse. This War of Mine no era (es) un videojuego al que echar horas como pudiera ser un Civilization o un X-COM, porque tenía la tendencia a dejarte el cuerpo regulero cuando te ponías a pensar en las decisiones que tomabas. Y claro, cuando se lanzó el proyecto de un juego de tablero basado en estas mismas premisas por Kickstarter, yo, que a veces tengo la fuerza de voluntad de un borreguillo, me metí de cabeza. El proyecto tardó todo lo que tenía que tardar y unos cuantos meses de más, que se ve que no habían contado con ese detallito que es que traducir un juego que está hasta arriba de texto no se hace en un par de días, pero al final llegó. Y lo he probado. Y os lo voy a contar.
A estas alturas ya sabréis de qué va: tenemos un grupo de supervivientes y nuestro objetivo es sobrevivir hasta el final de la partida, alternando fases de gestión de recursos en las que iremos construyendo artilugios como trampas para cazar ratas o camastros, y fases de exploración en las que revelamos una a una cartas de un mini mazo con la intención de conseguir esos dulces, dulces recursos. Y, mientras hacemos todo esto, nos van pasando cositas. Cositas bastante chungas.

Lo llaman tablero, pero es un MacGuffin.
Y en esas cositas chungas que nos pasan está la esencia de This War of Mine. Paseando por una ciudad sitiada nos vamos a encontrar de todo, y la proporción de estrellitas de colores y arcoiris es más bien escasa. El libreto de historias es grueso y está escrito en letra pequeñita, así que la cantidad de cosas feas que nos vamos a encontrar antes de que se nos repitan los encuentros es vasta. En nuestro periplo por las ruinas de la ciudad nos hemos encontrado ancianos abandonados, niños mutilados, asesinatos a sangre fría y gente desesperada… Y al menos yo he tenido más que suficiente.
¿Habéis visto La Vida es Bella? Qué maravilla de película. Qué bien tratados están los personajes y sus distintas maneras de ver el mundo, cómo te cautiva la historia que cuenta, qué bien cuidados están los detalles. No voy a volver a ver esa película en lo que me queda de vida si puedo evitarlo. Y me pasa parecido con el juego de tablero de This War of Mine: aprecio su calidad, me parece un ejemplo de cómo aún se pueden hacer cosas interesantes y distintas en un juego de tablero y creo que todo el mundo debería probarlo, jugar al menos una partida. Simplemente, no sé si quiero estar sentado a la mesa cuando esa partida se esté jugando.

Si no te gusta leer, desde luego este no es tu juego.
Hay algo en el detalle de cómo maneja la experiencia cooperativa, pasando el rol de “líder” de manera que cada momento se discuten opciones y se plantean estrategias, pero es una persona la que toma la decisión. Eres tú, sin excusas, quien decide si usáis las vendas y medicamentos que acabáis de conseguir para atender a un niño que acaba de pisar una mina o si finges no haberlo visto, y esa decisión la vas a tomar mientras te miran tus amigos. Porque este es un juego para jugar con más gente, y no con cualquier gente. Hay que sentarse a que el juego te cuente una historia, olvidándose del reto estratégico, y pensar en lo que se está leyendo en lugar de quedarse en los numeritos. En otros juegos como Battlestar Galactica puedes ir directamente al “dificultad 16 con amarillos y verdes y si fallamos perdemos 2 de combustible”, porque el drama lo proporciona la interacción entre los jugadores, pero aquí es al revés: las fichas de madera, comidas, alimentos y componentes electrónicos no están ahí tanto para crear el juego como para proporcionar un trasfondo y una motivación a la hora de leer los párrafos.
Como juego, no sé si recomendaría This War of Mine. Si lo que se busca es el reto de supervivencia, creo que Robinson Crusoe ofrece bastante más en ese aspecto y, si prefieres algo en lo que te enfrentes a decisiones difíciles pero en el que puedas abstraerte más, Dead of Winter te ofrece la excusa doble del apocalipsis zombi y los roles ocultos. Como experiencia narrativa, quizá abusen de la tragedia hasta un nivel que puede llegar a lo folletinesco por repetición, del mismo modo en el que las películas de sagas como Viernes 13 acaban convirtiéndose en parodias de sí mismas, pero al menos yo no me veo llegando a formar el callo necesario para alcanzar ese momento. En cuanto a vosotros, supongo que sólo tenéis un modo de comprobar si os merece la pena: sentaos si podéis a echar una partida con dos o tres personas de confianza, y decidid si lo que os cuenta es algo que queráis escuchar más veces.
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