The Last Friday – ¡Matalos a todos, Jason!

A veces el autor de un juego también vale para ilustrar la portada. A veces no.

Antonio Ferrara y Sebastiano Fiorillo, 2016 – Ares Games (Last Level)

Ficha en BoardGameGeek

A veces el autor de un juego también vale para ilustrar la portada. A veces no.

Hay juegos que, cuando los ves anunciarse, te provocan una sensación parecida a cuando te armas de valor, le pides salir a la persona que te gusta y resulta que dice que sí. Por un lado qué bien, qué ilusión que se vaya a hacer realidad aquello que tanto esperabas, pero por otro se te activa el mecanismo de huída o lucha y empiezas a repasar mentalmente todas las maneras posibles en las que aquello puede acabar de manera desastrosa. Algo así me pasó con el anuncio de The Last Friday. Como fan total que soy de ese pedazo de cacho de trozo de juego que es Sombras Sobre Londres (quizá el mejor juego para dos si no existiera Magic), la idea de utilizar una variación de ese sistema con una temática basada en el género slasher siempre me ha atraído profundamente. Por otro, también pensaba que Posesión Infernal daba para un juego chulo hasta que me topé con The Possession, así que no sabía muy bien a qué atenerme. Luego llegaron las primeras reseñas internacionales que lo pusieron un poco regular, y decidí dejarlo pasar.

Pero ya sabéis eso de que ningún plan aguanta al primer contacto con el enemigo, y el enemigo en este caso fue encontrármelo en español de mano de Last Level. Así que, con la valentía que da la inconsciencia, me hice con una copia, mientras la vocecita que me decía: “¡no lo hagas, loco, que todo el mundo dice que es chustero!” se preguntaba que para qué se seguía esforzando conmigo. Y, ¿sabéis qué? Me alegro de no haberle hecho caso. A veces eso de pensar antes de tomar decisiones es para perdedores.

The Last Friday se nos presenta como una película en tres actos (dicen que cuatro, pero son tres. Ya os lo explico más adelante) del tipo que podríamos ver en la pila de ofertas de una tienda de deuvedés: grupo de jóvenes ilusionados se disponen a pasar un fin de semana en un campamento aislado de la civilización, un maníaco se dedica a matarlos alegremente y, tras el ataque por sorpresa inicial, uno de ellos reúne el coraje y el mojo necesarios para acabar con su perseguidor de una vez por todas… ¿o no?

He’s dead, Jim.

El mecanismo básico del juego es muy parecido a clásicos como Scotland Yard o, especialmente, Sombras sobre Londres: los jugadores que llevan a los campistas van moviendo sus peones por el tablero, mientras que el maníaco registra su movimiento en una hoja tras una pantalla, sin que lo vean los demás. Cada tres turnos el maníaco revelará su posición (actual o pasada, dependiendo del escenario), y los campistas tienen acceso a algunos truquillos como dejar trampas para osos o luces encendidas. Lo que lo hace especial y le da el punto clave para que decidas si es un juego para ti o no es que, en realidad, podríamos decir que se trata de tres juegos en uno.

Empezamos en la primera noche. Aquí los campistas acaban de llegar al campamento, y se lo encuentran extrañamente silencioso: ¡los monitores han sido asesinados, y el asesino podría andar suelto! El objetivo de los campistas aquí es conseguir las llaves de las casetas, ir hacia ellas, abrirlas y refugiarse dentro. El maníaco intentará cazar a los pobres campistas antes de que eso pase.

En la segunda noche, se revela que uno de los campistas es el Predestinado, aquel que puede acabar con el maníaco de una vez por todas. Sin embargo, aún no ha entendido muy bien la magnitud de su poder y es vulnerable: tendrá que huir del maníaco mientras éste trata de matarlo, esta vez sólo a él. Los demás campistas pueden enfrentarse al maníaco y empujarlo, pero si éste los ataca, mueren.

En la tercera noche, las tornas han cambiado. El Predestinado intentará esta vez ser el que cace al maníaco, con la ayuda de los demás campistas. El maníaco tendrá que huir esta vez y sobrevivir hasta el final de la noche para escapar y, tal vez, atacar a un nuevo grupo dentro de un tiempo.

¿Sigilo? ¿Quién quiere sigilo cuando tiene un hacha?

Un punto curioso es que en cada una de estas noches existe una condición de victoria o derrota total: si en la primera noche todos los campistas mueren, el maníaco gana, así como si consigue matar al Predestinado durante la segunda noche, con lo que se mantiene la tensión durante toda la partida. Y, aunque no sea así, el resultado de una noche influye en la siguiente, dándole ventaja al bando que mejor lo hubiera hecho… O así sería si no os estuviera mintiendo un poquito, ya que el reglamento viene no con tres noches, sino con cuatro. Después de la primera noche hay otro escenario en el que todo esto que os estoy contando de tensión acumulada se va al garete. Aquí los campistas buscan al maníaco y éste (en teoría) trata de huir. ¿Y para qué sirve esa noche? Bueno, el campista que mate al maníaco será el Predestinado y si el maníaco consigue escapar tiene acceso a una ficha especial. Escogiendo el Predestinado al azar y dándole al maníaco acceso a esa ficha si las reglas de ventaja se lo permiten (básicamente, si hay más fichas de cadáver sobre el tablero que campistas vivos al final de la noche) ya está el asunto arreglado y nos ahorramos media hora de no hacer nada de interés que puede lastrar nuestra experiencia.

Una vez jugado, The Last Friday me parece un gran juego en su género. Quizá no tenga la tensión y la elegancia de Sombras sobre Londres, carezca del tono épico de La Furia de Drácula y sea un poquito menos directo que Specter Ops, pero suple estas carencias con un saborcillo a serie B muy chulo, con esos relámpagos que te muestran al maníaco durante un segundo para ocultarlo después, los detalles graciosos como la llegada de reemplazos a la noche siguiente si un campista ha caído y la variedad entre acto y acto que evita que el juego se haga repetitivo. Sigue extrañándome que el juego haya salido con ese segundo acto tan prescindible y que puede cargarse la inmersión (como diría que ha pasado en quienes probaron las primeras copias y hablaron regu de él), más aún teniendo en cuenta que una historia en tres actos siempre se va a sentir más natural, y no quiero pensar que, como en Sombras sobre Londres -del que es prácticamente un calco al que le han metido una pizquita de cromo-, hay cuatro noches, pues en éste también, así sin pensar.

No le voy a dar a The Last Friday el sello de aprobación por ese segundo acto absurdo y por el detalle feo de no mencionar siquiera al juego que calca, pero si te gustan los juegos de movimiento oculto y la temática slasher te llama, harías bien en echarle un ojo.

Recomendado para: amantes del género de persecuciones.

1 Comment on The Last Friday – ¡Matalos a todos, Jason!

  1. Tiene buena pinta. Pero de esoscuatro juegos parecidos, ¿cuál me recomiendas más?

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