Terra: saber y ganar
Terra es una evolución, o más bien una segunda parte, de Fauna, juego de 2008 que ya gustó bastante en su momento, y por qué cambiar las cosas si no están rotas, pensó Friedemann. Así que un par de tientos al tablero, cambiamos las tarjetas y ya está. No se ha partido los cuernos diseñando, precisamente.
Ambos juegos tratan de lo mismo: en cada turno se saca una tarjetita que te pregunta tres datos sobre un tema (en Fauna sobre animales, en Terra sobre lugares), y los jugadores se van turnando colocando cubitos de su color en el tablero, ya sea en el mapa o en alguna de las escalas, apostando por que esa zona contiene alguna de las respuestas correctas, o al menos se acerca. Cuando todo el mundo ha colocado sus cubos, se revelan las respuestas correctas y uno puntúa más o menos según el cubo esté en el punto exacto de la respuesta o en uno adyacente. Los cubos que no hayan atinado se retiran del juego y se van recuperando a un ritmo de uno por turno y, al final de la partida, el que tenga más puntazos, sorprendentemente, es el ganador.
Y la verdad es que con esta tontería ya has convertido un programa de la 2 en un juego: ¿que no te sabes la respuesta? Pues miras dónde ha puesto el cubo el gafotas empollón y te colocas al lado. ¿Que te parece que uno de los datos es más fácil de deducir que otro? Colócate antes que los demás para robarles los puntos. ¿Que todas las posiciones correctas del mapa están cogidas? Arriesga un cubo en una de las escalas a ver si suena la flauta. Que no es tampoco ningún quemacerebros, pero ya tienes entretenta para pasar un rato con los amiguetes.
Como ya he dicho, la única diferencia entre los dos juegos es el tema de las preguntas y, sin embargo, sólo con eso ya basta para que Terra funcione bastante mejor que su hermano mayor, al resultar menos limitado: las preguntas no se limitan a geografía, sino que también tienes datos sobre historia o curiosidades de estas que uno acierta de chiripa, y de eso se trata, de colocar tus cubitos sobre el tablero como el que pone sus fichas en la mesa de apuestas de la ruleta y cruzar los dedos para que eso que te contó el otro día Julián cuando iba por la quinta caña fuera verdad.
Pocos peros se le pueden poner a Terra como juego social, pero vamos a intentarlo: quizá el más importante sea el de la rejugabilidad. No porque haya pocas tarjetas (son 150 tarjetas impresas por ambas caras, lo que da para unas 40-50 partidas sin repetir ninguna), sino porque una vez vista una, los datos son lo suficientemente curiosos como para hacerlos fáciles de recordar, y es difícil resistirse a la tentación de leerse unas cuantas como el que pincha en un enlace de “jamás creerías lo que ocurrió después”. El otro podría ser el límite de seis jugadores, pero en juegos de este estilo no hay ningún problema en hacer equipos, e incluso acaba siendo más divertido de ese modo.
Terra no es mi juego de preguntas favorito (ese sigue siendo Wits & Wagers), pero sí es el que más merece la pena comprar en español. Y si mata a Trivial Pursuit yo estoy dispuesto a apoyar su coartada.
Lo mejor: buscas algo que, sin ser más complejo que un juego de los que puedes comprar de baratillo, sea mucho más divertido y menos frustrante.
Lo odiarás si: sabes qué están echando ahora mismo en Tele 5.
Es una gran reseña porque esta totalmente de acuerdo con mis pensamientos.
Pero en serio, un gran juego por todo lo comentado arriba.