Reseña: Zombicide

Raphaël Guiton, Jean-Baptiste Lullien y Nicolas Raoult, 2012 – Cool Mini or Not + Guillotine Games (EDGE Entertainment)

Zombis, miniaturas y Kickstarter. Este juego tenía todo lo necesario para ser un bombazo y, efectivamente, lo fue. Un juego con una estética que bebe directamente del tebeo y el videojuego, que sale al rebufo del boom que está teniendo todo lo zombi y que, sobre todo y no nos engañemos, promete cantidades ingentes de plástico en el interior de cada caja tenía que petarlo sí o sí.

Si compras Zombicide y te dispones a abrir la caja, resérvate como mínimo media horita extra para quedarte mirando las miniaturas embobado. Seis supervivientes y multitud de zombis con varias esculturas distintas para cada tipo (excepto los zombis gordos y la abominación, pero de esos hay poquitos), dados, cartas (algo pequeñitas, pero como no se maneja una mano, no duele) y nueve losetas tamaño familiar para montar los distintos escenarios. Todo de muy buena calidad, excepto quizá los contadores, que vienen en planchas gordotas de dos cartones pegados y en mi copia algunos se separaron al destroquelar, aunque con medio minuto y una barra de pegamento se solucionó.

Pero no todo en este mundo son las apariencias y, si bien está claro que el juego es, desde un punto de vista estético, espectacular, si luego la experiencia no acompaña no nos vale más que para decorar la estantería. Así que me armé de valor y me enfrenté al reglamento. Ahí fue donde me llevé el mayor palo, ya que había varias reglas que, sobre el papel, me parecían bastante absurdas. ¿Cómo que si disparo a una casilla con zombis y supervivientes primero les doy a mis amigos? ¿Qué es eso de poder seguir buscando en la misma habitación turno tras turno? ¿De dónde han sacado que si un grupo de zombis no sabe adónde dirigirse salen más zombis para que la división sea exacta? La cosa no pintaba nada bien y empezaba a tener la impresión de que se habían esmerado demasiado en sacar muchas figuritas distintas sin ponerse a pensar en que tenía que haber un juego detrás de todo pero bueno, yo soy un valiente y me debo a mi público, así que planté el escenario de tutorial y me puse con él.

Oye, no está mal.

Recogí las losetas y monté el primer escenario «estándar».

Pues esto mola. A ver el siguiente…

Me puse con el segundo.

¡Será /%·#&( el corredor de los @~€¬Ç*! Venga, empiezo de nuevo y esta vez intento abrir los edificios en azul y darle las dos pistolas a Amy para… ¿Qué es esa luz? ¿Ya ha amanecido?

Zombicide es uno de esos juegos que no sabes cómo ni por qué funciona, pero lo hace. Mezcla sensaciones de juegos tan distintos como PandemiaDescent, dándole a cada personaje la personalización suficiente como para que se jueguen de manera distinta y tengan distintos papeles en el grupo, pero no tanta como para que tengas que reaprender a jugar cada vez que cambias de figurita. El mecanismo de puntos de experiencia es uno de sus mayores logros: no es uno de esos juegos en los que comienzas siendo un completo inútil y vas arrastrándote hasta que consigues hacer algo mínimamente decente (ah, esas partidas a Dungeons & Dragons, qué recuerdos…), sino que empiezas siendo bastante competente y puedes terminar convertido en una auténtica máquina de picar carne. Por contra, cuanta más experiencia tengas, más zombis y más duros irán surgiendo. Esto hace que tengas que plantearte jugar en equipo y no ir en plan Rambo a matar (otra vez) todo lo que se mueva, ya que el nivel de dificultad lo marca el superviviente más avanzado, y si llegas a nivel rojo mientras tus compañeros siguen en azul puedes dar el escenario por perdido.

En cuanto a los escenarios, los encontramos de varios tipos: aguantar un tiempo determinado, escapar por una casilla concreta, recoger uno o varios objetivos… Pero claro, tampoco podemos esperar una variedad alucinante, ya que el juego es lo que es: supervivientes en un apocalipsis zombi. Podríamos calificar la diferencia entre un escenario y otro como la que puede haber entre las distintas fases de un videojuego: el objetivo puede estar en un lugar u otro, puede compensar matar más o menos enemigos, pero al final estás jugando a lo mismo con variaciones, no a dos juegos distintos.

Por último, lo que sí puede presentar un problema es la eliminación de jugadores. Con 4-6 jugadores, cada uno lleva a un superviviente y, cuando éste recibe su segunda herida (y creedme, no es nada complicado que pase), el jugador que lo controla se puede quedar mirando su buena horita mientras los demás se lo pasan pipa. Con 1 a 3 jugadores no existe ese problema, ya que cada uno lleva varios supervivientes y si uno muerde el polvo siempre le quedará alguno más, y por eso recomendaría jugarlo con esa cantidad. En las expansiones de la «segunda temporada» introducen la figura del zombiviente que, en teoría, soluciona en parte ese problema, aunque no las he probado y no sabría decir a ciencia cierta si es así o no.

¿A quién gustará el juego? Si buscas un juego sencillo de jugar pero complicado de ganar, si te lo pasaste pipa jugando a HeroQuest o a Gauntlet, si te atraen el tema y la estética y lo que buscas es pasar un rato divertido con tus amigos acompañado de cervezas y ganchitos, Zombicide puede darte todo eso y más. Por otro lado, si lo que quieres es profundidad estratégica te puedes sentir frustrado por el azar de los dados y la generación de zombis cada turno, y si buscas la inmersión temática de The Walking Dead o la reflexión y la crítica de las películas de George A. Romero, el estilo «patear culos y apuntar nombres» te va a resultar demasiado simplón. No estamos hablando de Advanced Squad Leader ni de Comandos de Guerra, sino de Call of Duty.

Lo mejor: un juego totalmente plug & play con espacio para probar nuevos escenarios y estrategias distintas cada vez.

Lo peor: una mala tirada en un momento crítico puede resultar devastadora. Además, un jugador eliminado demasiado pronto puede quedarse más de media partida sin jugar.

 

 

9 Comments on Reseña: Zombicide

  1. Pepinaco.

  2. Entra y sale de la wishlist constantemente, a veces parece repetitivo y otras emocionante, pero entonces llegan los dados y lo «joden» todo, hasta la rima de antes…

  3. castañaka

  4. Veo que hay opiniones para todos los gustos 😀

    Como argumentos a favor, es muy videojueguero, los dados le añaden mucha emoción y te obliga a colaborar de verdad más que ir cada uno a su bola.

    Como argumentos en contra, es muy videojueguero, los dados le añaden mucho azar y te obliga a colaborar de verdad más que ir cada uno a su bola.

    Está claro que es un juego plastiquero en toda regla. A quien le mole el asunto le encantará, y a quien prefiera otro tipo de juegos le provocará repeluco.

  5. A mi me dejó muy frió, y eso que tenía cosas para gustarme, como ser un juego sencillo en mecánicas y vistoso. Pero nose… veo los escenarios bastante descompensados, algunos muy sencillos y otros muy complicados (prefiero estos últimos en un cooperativo, la verdad), me transmitió poco, le vi mecánicas que no me acababan de encajar… No me negaría a una partida, pero no me gustó, la verdad.

  6. de vez en cuanto está bien jugar de forma cooperativa y olvidarse de los juego de puteos 🙂

  7. Y unirnos contra el enemigo común: ¡El Frente Judaico Popular! 😀

  8. Pregunta, ¿puede gustarle a un chaval de diez años o es un poco difícil aún para esa edad? Noño que juega a Aventureros al tren Europa y Fuga de Colditz

    • Hombre, quizá en este caso el hecho de que es un juego sobre descerrajar a tiros y a machetazos a cadáveres ambulantes que quieren arrancarte las tripas y comérselas mientras sigues con vida y gritando de dolor pese un poquito más que la dificultad de las reglas (que, la verdad, no es mucha).

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