Reseña: Win, Lose, or Banana

Chris Cieslik, 2009 - Asmadi Games

¿Cuál te tocará? Qué tensión.

¿Cuál te tocará? Qué tensión.

Los juegos de roles ocultos han tenido un resurgir estos últimos años, con títulos como One Night Ultimate Werewolf o Dead of Winter ahí dándolo todo. Del mismo modo, desde que salió Love Letter todo el mundo quiere sacar el próximo microjuego. Pero antes de que ninguno de estos juegos viera la luz, ahí estaba Win, Lose, or Banana.

¿Queréis un juego con pocos componentes? Ahí lo tenéis: tres cartas, ni más ni menos. Un “win”, un “lose” y un “banana”. ¿Queréis roles ocultos y negociación? Lose intenta fingir ser Banana, y Banana querrá convencer a Win de que lo escoja a él. ¿Queréis algo más? No nos queda.

Sabéis que generalmente no explico las reglas de los juegos que reseño al detalle, pero en este caso haré una excepción, para que podáis apreciar todos los sutiles detalles de esta… Cosa:

Win, Lose, or Banana es un juego para exactamente tres jugadores. Para jugar, se barajan las tres cartas y se reparte una a cada uno. Quien haya recibido la carta “win”, le da la vuelta y escoge a otro de los dos jugadores. Si ha escogido a “banana”, ambos ganan. Si elige a “lose”, gana “lose” y pierden los otros dos.

Ya.

Al menos las cartas de la versión deluxe son cuquis.

Al menos las cartas de la versión deluxe son cuquis.

La gracia del juego está en que lose y banana intentan convencer al mismo tiempo a win para ser el elegido. Por otro lado, ninguno de los dos tiene absolutamente nada con lo que negociar, ni una meta distinta: simplemente, ambos quieren ser aquel a quien señale el dedo de win y, por tanto, al final la cosa se reduce a una decisión completamente aleatoria. Puedes decir que entra en juego la psicología y el detectar cuándo alguien está mintiendo o diciendo la verdad, y quizás si los tres jugadores están completamente borrachos tenga su gracia cuando alguien se parta de risa sin motivo aparente o se ponga a llorar: “te quiero, tío, eres mi mejor amigo y yo soy tu banana”. Y quizá no debería ser tan duro con un juego que puede llevar a que un adulto pronuncie esa frase en voz alta, pero me debo a la verdad.

Como experimento sociológico o variante del dilema del prisionero para alguien que quiera dar una charla en TED puede estar bien. Seguro que algún matemático encontrará fascinante una serie de mil partidas, del mismo modo que he escuchado reflexiones increíblemente interesantes sobre distintas variantes de Piedra, Papel o Tijera, pero también es cierto que éste es mucho más interesante como juego que Win, Lose, or Banana.

Si eres propenso a los excesos alcohólicos y tienes solamente dos amigos con los que vas a todas partes, quizá te compense llevar estas tres cartas encima para cuando no os apetezca echar un quinto concurso de eructos. Si no, puedes estar tranquilo sabiendo que no te estás perdiendo nada por no tenerlo.

Lo mejor: es rápido.

Lo peor: 20 segundos de esto se hacen largos.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: