Reseña: Speculation

Spekulation. Dirk Henn, 1992 - db-Spiele (2013 - Queen Games)

¡Eh, toro, aquí!

¡Eh, toro, aquí!

Es curioso cómo, cuanto más horrible sea un tema para nuestras vidas reales, mejor parece adaptarse a un juego. Guerras, engaños, masacres zombi, mundos apocalípticos,monstruos, traiciones, Stephan Feld... Ninguno de nosotros querría algo así en nuestro día a día pero, por algún motivo, nos lo ponen en una mesa con figuritas de cartón, plástico o madera y ya no somos tan melindrosos. Así que la especulación económica no tendría por qué ser una excepción, ¿no?

En Speculation interpretamos a tipos listísimos que armados con una acción en una compañía, 20 dólares y una pizquitina de información privilegiada se disponen a medrar económicamente a base de comprar barato y vender caro como si no hubiera un mañana. Pero tranquilos, que no se trata de ninguna pesadilla matemática de esas de tirarnos horas pegados a la calculadora, sino de un juego sencillo para que toda la familia pueda disfrutar inflando y hundiendo artificialmente los valores de distintas empresas. El desarrollo del turno es sencillo: el jugador inicial saca de una bolsa una ficha cuadrada que indica la acción que se va a realizar ese turno y una redonda que indica la variación en el precio de las compañías. Luego se llevan a cabo esas acciones y cada jugador juega una carta de su mano que será la compañía que quieren que suba de valor en ese turno. Se revelan las cartas, se sube el valor de las acciones correspondientes, se pasa la bolsita al siguiente jugador y se repite hasta que alguna compañía llegue al valor final. Entonces se suman los valores de las acciones de cada jugador en las distintas compañías, se le añade el dinero que tengan en mano y el que haya amasado la mayor fortuna será el ganador.

Speculation es uno de esos juegos que resultan muy sencillos en un principio pero que, conforme se van desarrollando, van mostrado un puntito más. El ir viendo qué cartas le quedan por jugar a cada oponente y el hecho de que el valor de las compañías dependa tanto de lo que haya avanzado como de su posición relativa a las demás dan lugar a momentos sorprendentemente tensos para un juego con decisiones muy simples (realizar la acción permitida en cada turno y decidir cuál de las dos cartas de tu mano vas a jugar). De cualquier modo, no conviene tampoco abrirse mucho la cabeza pensando, porque una ficha cuadrada que salga en mal momento hundiendo tu compañía más próspera o un día festivo (bank holiday) jugado a mala idea te pueden destrozar, así que es mejor tirar de intuición antes que de álgebra.

La compañía maderera no está pasando por sus mejores momentos.

El sistema de cartas es muy curioso y merece la pena hablar de él aparte: cada jugador tiene un pequeño mazo de nueve cartas: una por cada compañía y una de día festivo, que baraja y del que roba dos; en cada turno escoge cuál de esas dos cartas va a jugar y roba otra después. Un detalle curioso es que tienes que jugar todas tus cartas, con lo que no puedes sentarte encima de una única compañía, sino que muy a menudo tendras que ir comprando y vendiendo para que las cartas que tienes que jugar te beneficien lo más posible. Por otro lado, la carta de día festivo es muy poderosa y puede tirar abajo una estrategia muy bien planeada pero demasiado obvia, ya que cuando se juega una de éstas las compañías simplemente no se mueven en ese turno, con el añadido de que la carta que hayas jugado se queda descartada hasta que vuelvas a agotar el mazo.

Tengo que decir que la idea de estar forzado a jugar la única carta de tu mano cuando ya tienes ocho descartadas, y cuando sacamos este juego a mesa lo hacemos con dos reglas opcionales (que en un principio eran simplemente errores al leer las reglas): siempre tienes dos cartas en mano y la pila de descartes es pública, lo que le da un pelín de estrategia más sin convertirlo en un juego pesado ni muchísimo menos.

Dirk Henn es conocido sobre todo por Alhambra y Shogun. Speculation es un buen juego que añadir a esa lista, un euro ligero con un puntito de estrategia y que admite un buen número de jugadores (hasta 6 según sale de la caja, con posibilidad de expandirlo a 8): un juego económico con un componente social muy alto y que no sufre de tiempos muertos siempre que los jugadores tengan en cuenta que calcular demasiado no vale la pena tanto como adivinar qué van a querer hacer los demás jugadores y subirte al carro ganador mientras otros hace tu trabajo por ti, como en la vida real. Un buen añadido a una colección con gusto por los juegos económicos sin excesos de complejidad.

Lo mejor: añadir más jugadores no aumenta el tiempo muerto entre turnos, ya que todo se hace a la vez.

Lo peor: un jugador demasiado analítico puede sentirse frustrado al depender tanto de lo que hagan los demás.

 

 

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