Reseña: Provincia Romana
Pero tranquilos, que aquí está Betote para desvelar el misterio y ver qué hay dentro de la caja, como Brad Pitt en Se7en (el parecido físico también es asombroso, pero eso es otro tema). Y lo que hay son… Cartas y cubitos de madera, en cantidades. Y vaya, qué sorpresa, los cubos representan piedra, ladrillo y madera, y los usas para construir los edificios de las cartas… Interesantísimo todo. Veamos las reglas: sí, el turno parece ser que se divide en varias fases: una de robar cartas, otra de jugar las cartas y una última de mantenimiento. Para terminar de redondear la cosa, al final de cuatro de los seis turnos que dura la partida hay un ataque de bárbaros de los que te tienes que defender o puedes perder recursos y edificios, y… Y ya.
Provincia Romana es un juego del que no se ha dicho mucho, pero también es verdad que en parte es porque no hay mucho que decir de él. Es un euro más, correcto, sin fallos graves en un principio aparte del desequilibrio que pueda haber entre unas cartas y otras y que puede dejar un regustillo amargo en los amantes de los juegos de gestión más duros, pero que por otro lado añade algo de interés a una partida en la que haya mucha diferencia de habilidad entre unos jugadores y otros. También es un euro que va bien con 4-6 jugadores, cosas que no muchos pueden decir, y puede ser un buen “paso más” para un grupo que parezca que se va a quedar atascado en Ciudadelas o 7 Wonders.
Es una pena ver juegos así. Casi prefiero un juego que sea espectacularmente malo por haber arriesgado demasiado que algo así, correcto sin más porque el autor parece haber seguido una plantilla. No me malinterpretéis, no veo ninguna razón para no jugar a Provincia Romana si está sobre la mesa, pero es que tampoco veo motivos para elegir este juego en lugar de otro. Un juego que no defrauda, pero que tampoco enamora.
Lo mejor: no tiene nada especialmente malo.
Lo peor: no tiene nada especialmente bueno.
Tenía que ocurrir y ocurrió. Creo que es la primera de tus reseñas de cualquier juego en que la conclusión es “ni fú ni fá”. Tendría que hacer memoria, pero el resultado final de casi todas han sido algo digno de mencionar ya sea positivo o no.
¿por qué un editor pone pasta en un producto que no aporta nada?