Reseña: King of New York

Richard Garfield, 2014 - IELLO (Devir)

Se admiten apuestas para la siguiente secuela: yo voto por "King of Paris".

Se admiten apuestas para la siguiente secuela: yo voto por "King of Paris".

No voy a engañar a nadie: Richard Garfield es probablemente mi diseñador favorito, y King of Tokyo uno de los juegos con los que mejor me lo he pasado, así que era imposible que no me comprara este título aunque sólo fuera por puro coleccionismo. Pero no hablemos de mí, sino de vosotros, lectores con criterio (no hay nada más que ver qué tipo de blogs leéis para saber que os gusta la calidad y no os conformáis con nada que no sea lo mejor) que os encontráis con esta secuela en la estantería de vuestra tienda favorita y os preguntáis: ¿me lo compro o no? La respuesta corta, por si tenéis prisa, es "sí" pero, como supongo que querréis que elabore un poquito más, os cuento:

Hay un dicho muy sabio que dice Si no está roto, no lo arregles, y por eso más de uno tendrá, y con razón, sus reservas ante King of New York: si la primera entrega era ya un juego prácticamente perfecto para lo que intentaba, ¿qué habrán hecho aquí? ¿Es simplemente un cambio estético, nuevos monstruos y ya? ¿Habrán toqueteado demasiado las reglas? ¿Se trata de un truco para que gastemos más? Lo tercero está claro: estos malditos autores y editores de juegos siguen con su feo vicio de pretender comer todos los días, y para eso no se les ha ocurrido nada más vil y rastrero que querer cobrar por su trabajo. Lo que pasa es que, claro, el dinero no crece en los árboles y uno tiene que pensarse muy mucho en qué dejarse los cuartos, y cuando hay dos cosas tan parecidas uno siempre teme tomar la decisión equivocada.

¿Qué cambia en King of New York respecto a King of Tokyo? Del primer juego salían un par de críticas negativas: la primera era que uno no se sentía como un monstruo gigante destruyendo la ciudad, sino como un luchador de wrestling con un disfraz gracioso participando en un todos contra todos; la segunda, que un jugador sosainas podía dedicarse a buscar resultados de puntos e incluso ganar sin haber participado en la ensalada de tortas que se supone que debería ser el juego.

Los dados de King of New York ahora tienen los tres símbolos de garra, corazón y energía de antes, pero los resultados numéricos han sido sustituidos por otros más simpáticos:

  • Con un resultado de destrucción, puedes intentar destruir edificios o unidades militares del barrio donde te encuentres (porque ahora el tablero sirve para algo, y puedes estar en distintos barrios de Nueva York o en el mismo Manhattan, que es lo que venía siendo antes Tokyo). Al destruir una ficha recibes una recompensa en vida, energía o puntos de victoria y esa ficha se da la vuelta para convertirse en unidad militar si es edificio, o se retira del juego si es una unidad militar.
  • Con un resultado de herida (¡ay! lo llaman en las reglas), las unidades militares de tu barrio te atacan y te causan daño. La gracia es que con dos resultados atacan a todos los monstruos de tu barrio y, si consigues tres, todas las unidades del tablero atacan a todo el mundo y de paso consigues el apoyo de la propia Estatua de la Libertad, que se traduce en tres puntazos, así que tienes un incentivo para andar apoyando a la humanidad.
  • El resultado de estrella es lo que queda de los números: uno o dos no te valen para nada, pero con tres consigues la carta de superestrella y, a partir de entonces, cada estrella adicional será un punto más. Por supuesto, esta carta te la puede robar otro jugador que haya sacado a su vez tres estrellas, lo que lo hace una posibilidad real, pero bastante menos jugosa que los puntos de King of Tokyo.
Es lo mismo, pero no es igual.

Es lo mismo, pero no es igual.

Estos cambios son pocos, y lo suficientemente sencillos como para que alguien que haya jugado a la anterior entrega del juego pueda jugar a ésta con una explicación de medio minuto, pero hacen que el juego sea mucho más temático y violento, ya que ahora la mitad de los resultados posibles en los dados está dedicada a romper cosas (a los oponentes, edificios o a ti mismo), lo cual pega mucho más con un juego de monstruos gigantes.

Pero Betote, diréis ahora, vale que ahora las diferencias me quedan mucho más claras pero, ¿qué hago con mi dinero? y la respuesta es un contundente depende.

¿Tienes King of Tokyo y te gusta, pero hay momentos en los que desearías que hubiera más chicha temática y tortas? Compra King of New York ya.

¿Tienes King of Tokyo y te lo pasas pipa con él, siendo para ti el juego perfecto, y te gusta la sencillez y la posibilidad de ganar sin pelearte? Pasa de esta nueva entrega.

¿No tienes ninguno de los dos y quieres comprarte uno? Depende de con quién lo vayas a jugar: si se lo vas a sacar a la familia y los amigos para los que dos páginas de juego ya es algo demasiado complicado, King of Tokyo es lo mejor; si vas a jugarlo con gente capaz de entender las reglas de ¡Aventureros al Tren! o Catán, King of New York os va a dejar mejores sensaciones.

¿No te gusta King of Tokyo? Bueno, habrá que quererte igual, supongo.

Lo mejor: sin apartarse demasiado del diseño original ni montar marcianadas, consigue un juego más completo y mucho más temático.

Lo peor: los monstruos de esta versión molan menos que los de la original.

Compra King of New York en Generación-X

5 Comments on Reseña: King of New York

  1. Lo pude probar este fin de semana y la verdad que me gustó bastante más que el original, está muy bien, totalmente de acuerdo con todo lo que dices en la reseña

  2. En este juego aunque el monstruo este en Manhatan recupera vidas si derriba edificios con corazones?

  3. Ambos juegos son una basura, dinero (no poco) mal gastado, hay juegos como el mysterium, sombieside, mansiones de la locura, gatos explosivos, osos v/s bebes o carioca que son mejores

  4. ¿Para un niño de 8-9 años como lo ves? El niño es listo aunque la atención la tiene un poco dispersa. Para jugar con sus padres .

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: