Reseña: Blue Moon Legends
¿Y qué pasó el año pasado? Pues que Fantasy Flight Games, que ya había hecho sus pinitos en los juegos de cartas coleccionables y a quienes no les iba nada mal con el modelo de Living Card Games (que mantiene el chorreo de expansiones constante pero elimina la aleatoriedad), decidió darle una segunda oportunidad, en plan edición de aniversario con todos los fuegos artificiales y fanfarrias que hicieran falta, metiendo de paso todo el material que había salido años atrás en distintas expansiones en una sola caja, que tengo ahora mirándome desde la mesa del salón. Y como la cara de Resplandor Azul (así se llama la señora de la portada) es de todo menos reconfortante, he decidido ponerme a escribir esta reseña a ver si así se contenta un poco.
Blue Moon Legends es un juego bastante sencillo: básicamente, lo que haces en tu turno es iniciar un desafío bajando un personaje o añadir cartas a ese desafío para aumentar tu poder. En el momento en que no puedas superar el poder del oponente, te tienes que retirar y el oponente atrae un dragón (o lleva uno que hayas atraído tú a la zona neutral, si tienes alguno). Si alguien fuera a atraer un cuarto dragón, es decir, si gana cuatro enfrentamientos seguidos, gana la partida. También se acaba cuando a alguien no le queden cartas en el mazo, momento en el que gana quien haya atraído más dragones.
Y ya está. Cada personaje tiene dos valores distintos, fuego y tierra, y el que inicia un desafío escoge cuál de esos valores va a contar para esa vez. La gracia del juego está en saber escoger cuándo y en qué medida aportar a cada desafío para no gastar demasiados recursos de una sola vez, y eso le mete un poquito de faroleo al asunto que es, en el fondo, una versión algo más avanzada de las barajas de motos de carreras con las que jugábamos de críos. Además, la caja te viene con nueve mazos básicos, cada uno de los cuales aporta un pelín más de complicación, y unas cuantas cartas adicionales por si quieres fabricarte tu propio mazo o ponerte a hacer un draft con los amigotes a ver qué sale.
Ahí es donde Blue Moon Legends se sale: si los juegos de duelos de cartas suelen destacar por ofrecer cajas básicas que se quedan cortas en seguida, aquí tienes para jugar y trastear hasta aburrirte: nueve mazos básicos con los que jugar sin comerte la cabeza, reglas para construir mazos complejos competentes y unas reglas de draft que dan una sensación muy parecida a la de un cubo de Magic. Si siempre te ha atraído el mundillo de los juegos de cartas coleccionables, la creación de tu propio mazo y el probar tus combinaciones contra las que puedan haber pensado otros, aquí tienes todo lo que puedes necesitar, y sin preocuparte por ampliaciones, sobres o comprar duplicados. Puede que el juego en sí no ofrezca la profundidad de Netrunner u otros juegos del estilo, pero también es cierto que exige mucha menos dedicación y es mucho más sencillo de explicar, lo que quizá lo haga mejor para una colección amplia de juegos o un jugador casual.
Si ya estás metido hasta las cejas en otros juegos de cartas, Blue Moon Legends puede que no te ofrezca demasiado, pero también puede ser una opción si estás harto de ganar siempre a tus amigos cuando sacas un par de mazos de tu juego favorito y quieres algo a lo que cualquiera de vosotros tenga las mismas oportunidades. En cualquier caso, merece la pena como mínimo echarle un vistazo, aunque eso sí, no esperes vivir emocionantes aventuras ni sumergirte en un mundo con un profundo arco narrativo, que Knizia es Knizia.
Lo mejor: todo el mundo de los juegos de cartas coleccionables en una caja y sin tener que hipotecar tu vida a un solo juego.
Lo peor: es fácil abstraerse del tema y pensar sólo en números.
Juego proporcionado por Generación-X.
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