Que inventen ellos. ¿Por qué los juegos españoles son tan malos?
De cuando en cuando salta la pregunta. Ya sea porque un juego que estuvo dándolo todo en Verkami desaparece sin dejar huella, porque en algún medio sale una crítica despiadada a un juego al que nadie ha jugado pero que de repente hay que defender o porque algún autor o el amigo del alma de algún otro autor se queja amargamente por las redes sociales del injusto trato que el proyecto patrio de turno ha recibido por parte del malvado crítico. ¿Qué es lo que pasa con la producción de juegos en España? ¿Somos tontitos y no sabemos diseñar un juego a derechas, somos unos cainitas que odiamos todo lo propio mientras ensalzamos lo extranjero, o es que le hemos hecho demasiado caso a nuestra abuela y ahora toda crítica nos parece fruto del rencor y la envidia?

¿O será que elegimos mal los temas de los juegos?
El caso de estudio es casi siempre el mismo: Pepito Cartones pasea su prototipo por ferias y convenciones, y salen muchas fotos de “qué bien nos lo pasamos jugando a Gromenauer Empires”. Tras un par de meses, una nueva editorial nace y anuncia que va a sacar un proyecto en Verkami para sacar el fantabuloso Gromenauer Empires que todo el mundo ama. Cada poquito tiempo vemos en blogs y en vídeos que nos recomiendan encarecidamente apoyar el proyectazo, porque es súper original, el autor es muy buena persona y además el proyecto es ehpañó, qué caramba, vamos a enseñar a yankis y alemanes que no tienen ni idea. El proyecto recauda lo justito para considerarse financiado (o “crowdfundeado” si tenemos graves problemas de vocabulario) y no se vuelve a hablar de él hasta meses después, cuando algún desalmado se hace con una copia, la prueba y dice por ahí que menuda chusta de juego. Hay mucho ruido en redes sociales de nuevo y, poquito después todo se olvida hasta que Paquito Maderas pasea su prototipo por ferias y convenciones y vuelta a empezar.
Hay varios factores que hacen que esto nos parezca el cuento de nunca acabar. El primero es el abuso de los proyectos de mecenazgo, quizá por exceso de ilusión o quizá por falta de confianza en el juego. En sí mismo, recurrir a una plataforma de mecenazgo no tiene nada de malo (ni de bueno, puestos a decir obviedades), y tampoco vamos a decir que salgan más proyectos de este tipo en España que en otros canales, pero es que lo tenemos todo más cerca y nos suena más. Si seguimos blogs, foros, canales de YouTube, redes sociales o tablones de anuncios relacionados con el mundillo, cada día nos van a salir varias menciones a todos los proyectos que están o van a estar pronto en campaña. Y es que el que no llora no mama, así que habrá que llorar a tope.

También puede que haya otros factores que nos hagan desconfiar de los proyectos de mecenazgo españoles (imagen no relacionada).
Pero claro, cuanto más alto se sube, más duele al caer, y después de apoyar un juego que has visto en forma de prototipo con dibujos cutres y cartoncitos mal cortados te encuentras con… un juego que ha cambiado poco o nada desde que estaba en forma de protipo, con dibujos cutres y cartoncitos mal cortados. Y lo comparas con lo que tienes en tu colección. Y se te queda carita de tonto. Y lo dices por ahí porque te da rabia haberte gastado tus euretes en un producto regulero habiendo tanta crema, y dices “en otra no me pillan”, y te vuelven a pillar en la siguiente. Y acabas por renegar de todo lo que tiene la banderita de España porque asumes que va a ser un producto a medio hacer.
Y es verdad: la gran mayoría de lo que se publica en España por proyectos de mecenazgo es bostilla. La cosa es que no somos tan distintos de otros países en ese aspecto: en Kickstarter (que viene siendo Verkami pero a nivel internacional) la inmensa mayoría de lo que se publica es bostilla, lo que pasa es que no nos cuentan en Twitter siete veces al día que “Total Kaos Destruction Madness” es lo mejor que se ha visto en años, así que cuando el juego sale ni siquiera nos enteramos y no nos llevamos el chasco, y sólo nos llegan los juegos que lo han petado de verdad (porque “petarlo de verdad” a lo mejor se puede aplicar más a un juego que consigue 1.000.000$ que a uno que pilla 4.000€).
Y no sólo pasa con los juegos financiados mediante mecenazgo: hay que tener en cuenta que en España somos conscientes de todo lo que se hace aquí, pero nos llegan sólo los juegos extranjeros que ya han pasado un filtro, así que nos solemos librar de lo peor, y nos llevamos menos chascos.

Este hombre ha jugado a cosas que harían vomitar a una cabra. Y aún tiene ganas de sonreír.
Cierto es que aún nos falta un pelotazo auténtico a nivel internacional. Aloha Pioha o Virus son grandes productos, pero compiten en un mercado muy difícil para dar el salto. 2 de Mayo o Polis han recibido muy buenas críticas pero se nota la falta de medios de sus editoriales para darles una mayor promoción. Náufragos sufrió problemas en el proceso de producción que hicieron que el producto no saliera todo lo bien acabado que debería (pero ya veréis cuando Devir por fin se decida a sacar una segunda edición como Crom manda) y quizá pequemos de un exceso de afición en detrimento de la profesionalidad, en el sentido de que hay muy poca gente en España para la que la producción de juegos de mesa implique jugarse los garbanzos, lo que hace que el “así ya vale” sea quizá más habitual de lo que nos gustaría.
En mi opinión, hacemos un flaco favor cuando usamos la nacionalidad como valor añadido o como excusa, si lo que queremos es una industria nacional fuerte. No creo en los “premios por participar” cuando estamos hablando de un mercado competitivo, y les haría un muy flaco favor a Alberto Corral, Llama Dice y tantos otros si los mido con un baremo distinto al que uso para Ignacy Trewizcek, Eric M. Lang y demás, porque ello significaría admitir categóricamente que no son capaces de lo mismo que ellos. Ni excusas, ni pegas, que aquí hemos venido a jugar.
En mi opinión, efectivamente, no hay que hacerles la cama, como se dice coloquialmente, pero como dices, el hecho de que lo que viene de fuera, venga filtrado por el posible éxito hace que subamos el listón esperando que lo de dentro también pase ese filtro, con un criterio objetivo o subjetivo.
Hay que ser conscientes del tamaño y fortaleza de la industria. Evidentemente adular no ayuda, pero machacar porque, por ejemplo, salgan muchos más fillers, achacándolo a los autores, y no al resto del tejido (editores, productores, compradores) creo que no es justo. En este negocio, y concretamente en este país, hay muchas figuras o pasos que no existen, y eso en muchos casos se nota.
De cada cual según su capacidad.A cada cual según sus necesidades.
Lo prometido es deuda. Como siempre, y antes de entrar en temas algo delicados, voy a intentar dar mi visión del tema con el máximo respeto sin renunciar a mojarme porque me parece muy importante que este asunto de los juegos de mesa españoles se desarrolle así como todo lo que les rodea. Intentaré ir en orden párrafo a párrafo.
Yo no tengo la sensación de la pregunta ¿qué pasa con los juegos en España? ni que seamos tontitos o no tengamos idea de producir. Lo que ocurre aquí es lo que se ha dicho muchas veces, la industria está en pañales. Realmente el recorrido es tan corto que, al no conocer el impacto a largo plazo, muchos autores y pequeñas editoriales no cuidan su producto al máximo y confunden “hacer un juego” con “sacar un juego al mercado”. Es bastante frecuente ver juegos que funcionan (mejor o peor) con dudosas tácticas comerciales o decisiones chirriantes en todo a lo que rodea el mecanismo del juego. Hablo desde a manuales difíciles de comprender a pésimas calidades en los materiales así como un nulo recorrido del juego en redes y actividades una vez este ha llegado al mercado. Otra cosa a tener en cuenta y que aúna el primer motivo que explico con el segundo, es que la mayoría de las editoriales surgen de manos de aficionados con toda la buena voluntad, fe y ganas pero sin conocimientos comerciales y SIN DINERO suficiente para abarcar todos los proyectos que quisieran con la calidad necesaria. Si no sabes de edición, maquetación, marketing, RRSS etc. deberías poder afrontar una inversión en RRHH acorde al tamaño del proyecto para solucionar todas estas cosas. Yo mismo soy el claro ejemplo de esto, no tengo un puñetero duro y me lo tengo que hacer todo yo salvo, contadas ocasiones en las que me puedo permitir una pequeña inversión en que un profesional revise y reoriente aquello que yo he estado intentando llevar adelante. El dinero también es un problema a la hora de la edición, yo creo que a todos les gustaría fabricar en la factoría esa alemana tan buena donde recientemente topoum a anunciado que va a fabricar pero, desgraciadamente, a veces la cosa no da para más y hay que tirar de calidades mediocres (ejemplos para bien si voy a poner, luego explicaré por qué no para mal). Por cierto, un ejemplo de cómo se pueden hacer bien las cosas a falta de lo más importante, jugar al juego y ver qué hacen una vez esté en la calle.
Siguiendo con el segundo párrafo, estoy totalmente de acuerdo con tu diagnóstico. El cuñadismo abunda le duela a quien le duela y aquí el problema es realmente grave y terminará por volverse en contra nuestra. Incluso ya puedo intuir pequeños “grupos lúdicos” diseminados por el territorio nacional cuyos integrantes parecen solo poder hablar maravillas de lo que hacen otros del mismo grupo. Hace falta mucha más autocrítica y capacidad para aceptar críticas. Yo mismo he visto ninguneado contenido que he generado sobre algunos juegos que luego, cuando se han mencionado lugares donde leer sobre el juego se han ocultado (sabiendo que conocen la existencia de dicho contenido). ¿Qué ocurre? Claro, que no hablo bien del juego. Cuando tienes un juego en mano, la única manera de llevarlo a buen puerto (entre otras cosas) es que lo jueguen muchas personas diferentes y que lo pongan verde, te destaquen los fallos y puedas corregirlo, pulir, pulir, pulir. Aquí un ejemplo que pronto vais a poder probar todos Kingdom Defenders, que recientemente publicará Ediciones primigenio y cuyo autor Germán Palomares (El Doble Uno) es amigo mío. Este juego tiene un recorrido nada despreciable de 4 años con cientos de partidas y jugadores diferentes. Os puedo asegurar que el juego a llegado a buen puerto a base de los palos que todos le dimos y la sencilla premisa de “tiene que gustar a todos”. Imagino que de nada le hubiera servido al autor decirle: “Oh! Esta parte funciona de puta madre, que bien integrada está la mecánica de las heridas”. Lo que si ayudó fue decirle, la horda no funciona, esto hay que arreglarlo, este personaje es un mojón, cuando sale nunca quiero usarlo etc. etc.
Yo creo que si todos pudiéramos expresarnos con más libertad sin temor a herir a nadie o molestarle y estas opiniones fueran tomadas más en cuenta, algunos juegos saldrían al mercado con mejor calidad.
Con el tercer párrafo, no apoyes un prototipo con cartones y dibujos mal pintados, no es serio. Prototipo no debe ser igual a cutre, eso lo entendemos todos. Si alguien te presenta algo y te genera rechazo nada más verlo no sigas por ahí. Y me estoy refiriendo concretamente a proyectos que ya se consideran finalizados en su mayoría como es evidente, si un autor te presenta algo espantoso y te dice que lleva meses y que anda puliendo mecánicas es otro asunto.
Cuarto párrafo. Yo no diría bostilla. Por mi experiencia con Verkami, los juegos no son malos, incluso muchos son juegos bastante redondos como Pocket invaders, incómodos invitados (a ver qué hacen con la edición) o Faraway. Lo que yo creo que les pasa es que aún les queda recorrido cuando salen a campaña. Es posible que se peque en ocasiones de urgencia y una ganas excesivas de ver el producto a la calle y confundamos el “con esto basta” con el “ya está terminado”.
Totalmente de acuerdo con el quinto párrafo, también hay que mirar con perspectiva, aquí lo vemos todo, de fuera nos llega solo lo mejor.
En el siguiente párrafo eres tu el que menciona el “con esto basta”. Yo no creo que sea tanto por jugarse los garbanzos como por desconocimiento del daño que se generan a ellos mismos sacando al mercado productos no redondos sin terminar.
Con el último párrafo no estoy nada de acuerdo. Yo soy un gran defensor de los juegos de mesa nacionales y muchas pequeñas editoriales y autores pueden dar fe del cariño con el que trato a dichos juegos y el trabajo que hago para promocionarlos a través de demos etc. También financio en Verkami siempre que me es posible los proyectos que veo más atractivos. Y claro que me preocupo siempre por hacer saber a todos los asistentes a mis eventos si un juego de mesa es español, porque apoyar el producto patrio me parece fundamental y para mí tiene un valor añadido ya que si tengo que dejarme la pasta en la industria del juego de mesa, prefiero que sea en la española. No obstante, y creo que ahí es donde te confundes (o yo no te entiendo), resaltar eso no es ponerle una etiqueta es informar para que la gente pueda incorporar ese criterio a la hora de decidir compra, nada más. No se trata de, como es español vamos a ser más blandos, todo lo contrario. Más de una vez he enviado algún mensaje privado o mail con cosas que no me gustan de juegos de mesa por si mi opinión quiere ser tomada en cuenta para un futuro y colaborar a mejorar los productos que pueda sacar en un futuro. Ni de coña me voy a molestar en escribir a alguien que no sea de aquí.
Para terminar diré que, pese a que aún queda mucho por andar, el camino a comenzado a hacerse y que, es cuestión de tiempo que, todos los que apuestan por la calidad y trabajar al máximo sus proyectos saldrán y seguirán a flote. Esto servirá de ejemplo para el resto que tendrán un ejemplo a seguir o un camino por el que hundirse. A poco que madure nuestra industria del juego de mesa dejará de haber espacio para juegos inacabados (tened en cuenta que yo creo que el problema no es que tengamos malos juegos, si no inacabados). Para despedirme comentar el curioso caso de Rodrigo, integrante de Megacorpin Games y co-autor de Incómodos invitados. Cuando lo conocí en persona me dijo algo como: Rulo, me ha encantado tu reseña del juego porque destacas lo bueno y lo malo del juego, así nadie comprará el juego engañado y sabrá qué es lo que va a tener entre manos. Yo creo que esa es la actitud, reconocer que todo nuestro trabajo no es 100% correcto y, también, que estamos en un entorno en el que la opinión de cualquiera puede aportarte algo que te ayude a mejorar.
¡Nos leemos!
Yo estoy muy de acuerdo en muchos aspectos, pero en lo personal, cuando juego a algo NUNCA le miro el DNI. Si me gusta bien, sino pues nada.
Es posible que lo que dice Betote del filtro internacional se de, y en ocasiones nos lleguen juegos que no han pasado la barrera de crítica internacional, pero bueno, tampoco me parece mal, el mercado termina poniendo a todos en su sitio. Pasa también con los juegos que vienen con un nombre de autor que tampoco han pasado ese filtro, y te puede llegar a casa algo que no es lo que esperabas.
Sí que es cierto que hay juegos que podrían dar mucho más de sí, y al final terminan arrinconados por una mala campaña, por no estar en las redes o por no estar bien situados (por lo que sea), pero también cada uno hace su apuesta. Si uno considera que su juego es tan bueno como para venderse sólo sin la necesidad de que nadie lo conozca, pues es respetable, pero eso será tanto aquí como fuera.
En resumen, no creo que seamos muy diferentes a otros países cuya industria de juegos de mesa esté al mismo nivel de desarrollo que el nuestro. Lo que no podemos es competir con Alemania.
Yo nunca miro si este juego es de tal o pascual, leo reseñas o videos en el que se destripa el juego en la mayoría de los casos y actúo en consecuencia a ello. Es cierto que últimamente están saliendo muuuuchos juegos de origen español, ahí tienes el ONUS que está triunfando fuera de nuestras fronteras o los últimos Pandemonium o Dice Drivin que son un ejemplo de como llevar una campaña de mecenazgo. Luego tienes una hilera de juegos que dieron micho bombo durante la campaña de mecenazgo pero después una vez en casa de los mecenas prácticamente no se sabe nada de ellos…Eso es porque no gustan?? Pues puede que si, o que no, porque yo si soy de escribir en foros y blogs de juegos de mesa, pero tengo amigos que no se pasan por los foros y en cambio si participan en crowdfundings varios asiduamente, pero jamás los verás diciendo si les ha molado o no un juego, ya sea español o sudafricano.