Preseña: It’s Mine!

Unai Rubio, 2015 2 jugadores, 20 minutos.

En inglés todo mola más.

En inglés todo mola más.

El Dr. Klaus es un genio. Dice haber inventado la cura de la alopecia. Con solo una pastilla de Lush® lucirás unas melenas como si estuvieras en los ochenta. Es un paso enorme para la humanidad...y para nosotros los inversionistas, a los que nos ha prometido un retorno astronómico. Lamentablemente, la última vez que lo vieron, el genio del doctor estaba cruzando la aduana de Honolulu con un par de maletas bien abultadas. Pero no os preocupeis, tengo un plan...

En inglés todo mola más.

Ya lo dijo Confucio: “Si ninguna editorial te quiere publicar, monta un Verkami”. It’s Mine me llegó hace ya unos meses en forma de prototipo (aplauso desde aquí a Unai por la valentía), con el título de “Mine” y prometiendo ser un juego para dos jugadores que se pudiera jugar en un ratito pero que aun así pudiera ser considerado apto como juego de gamers. Esta última frase me dejó un poco así, ya que soy de los que piensan que “juego de gamers” o “para los más jugones” suele ser sinónimo de “innecesariamente complicado”, y ya me estaba esperando un pestazo de esos que suelen perpetrar Vital Lacerda y compañía. Pero oye, uno no es nada si no valiente, y ahí me puse a investigar.

Y tampoco es para tanto, la verdad. It’s Mine es un juego de mayorías con cartas al estilo de Blood Bowl Team Manager, Warhamer 4k: Conquest o Smash Up, pero añade como nota original que los jugadores comparten mazo o, mejor dicho, mano de cartas, y las juegan estilo draft: escogen una carta, la juegan y le pasan el resto al otro jugador, que escoge una carta, la juega y…, ya me entendéis. Durante la partida se van alternando rondas en las que se juegan cartas de personajes y otras en las que se juegan acciones sobre esas cartas y, al llegar al final, se cuentan mayorías en cada una de las cartas que se disputan y se consiguen puntos en función de las combinaciones de símbolos que tenga cada uno frente a sí.

Gallifante de premio al que descifre qué está pasando aquí.

Gallifante de premio al que descifre qué está pasando aquí.

Es en esta guerra de símbolos donde It’s Mine va a ganarte o a perderte: por un lado, la variedad de metas y combinaciones hacen que el juego tenga bastantes más decisiones de las que parecería en un principio pero, por otro, los símbolos son muchos, en ocasiones no son todo lo claros que uno querría y hay bastantes que se parecen demasiado entre sí, por lo que durante las primeras partidas vais a pasar un buen rato consultando las reglas para ver qué significa cada cosa y dando pasitos patrás cada vez que hayáis interpretado mal algún detalle, con lo que los 20 minutos de partida se os pueden ir bien tranquilamente a la hora larga.

Aun así, si ya tienes Battle Line quemado y buscas algo parecido a Galaxia: la Conquista pero en el que te importe lo que está haciendo el que tienes enfrente, It’s Mine puede ser una buena opción.

Te gustará: si disfrutas encontrando combinaciones e intentando averiguar las intenciones del otro.

Lo odiarás: si te lías cuando te ponen delante mucho símbolo distinto.

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