Nueva Ángeles – Cybersindicalismo

El futuro se lo está currando J.J. Abrams
Se supone que al escribir una reseña lo suyazo es dejar la valoración para el final, que así el lector tiene que zamparse el texto completo si quiere llegar a la chicha, pero por otro lado los lectores no sois tontos (bueno, hay uno o dos que…) y una vez ya os han hecho el truqui un par de veces pues a ir hasta abajo, llegar a la nota y a casa. Así que vamos a arrancar la tirita deprisa: Nueva Ángeles me ha encantado y me parece increíble el poco bombo que se le ha dado. Y ahora, con más calma, os voy contando por qué.
En Nueva Ángeles nos metemos en la piel de directivos de una de las grandes megacorporaciones del universo de Android, el mismo que usa Netrunner, haciendo las cosas que hacen los directivos de una gran megacorporación en la megalópolis (todo es mega en el futuro) de Nueva Ángeles, un terrenito bien majo comprado en la zona de Ecuador. La cosa es que, por alguna razón, los ciudadanos de Nueva Ángeles no están del todo contentos con eso de estar gobernados por un ente corporativo cuya única preocupación es obtener el máximo beneficio posible, y esto se traduce en multitud de problemas: la sustitución de la mano de obra humana por androides ha dado pie a movimientos neoluditas que forman protestas y huelgas violentas allá donde ven que los androides están ocupando puestos de trabajo de más; el vacío legal resultante de la sustitución de las fuerzas policiales por seguridad privada corporativa ha creado una nueva edad de oro para el crimen organizado y la privatización total de la sanidad está elevando enfermedades normalmente leves a niveles de plaga medieval. Y no es que nada de esto os preocupe especialmente, y el gobierno de EEUU, propietario nominal de esas tierras, tampoco estorba demasiado mientras no le salpique nada, pero la situación se está poniendo cada vez más calentita y parece que, en algún momento, va a empezar a salpicar.

El paraíso neoliberal está hecho unos zorros.
Durante el juego lo que haremos será intentar manejar estas crisis mientras cumplimos con las demandas de la ciudad, y para ello, en cada turno, propondremos una acción a realizar que alivie un poquito la situación. Que esa acción nos aporte beneficios es, por supuesto, un efecto secundario en el que apenas nos habíamos fijado. Pero claro, luego otra corporación puede proponer otra acción, que no ayuda a la ciudad ni de coña pero que le da créditos a cascoporro, y ahora toca intentar convencer al resto de que apoyen tu propuesta, que es la buena, y no la del otro, que es la mala. Buena sí, mala no, de toda la vida. Pero es que el muy ruin ahora se está dedicando a sobornar a las demás corporaciones para que apoyen su desastrosa iniciativa. Bien, arrieritos somos.
Y prácticamente todo el juego es eso: oferta, contraoferta, negociación y votación. Como el que consigue que su acción sea la más apoyada no sólo la lleva a cabo sino que se lleva una carta de apoyo que le da una ventaja especial, vas a querer hacer muchas acciones. Y como todas las emergencias son importantes pero a cada corporación le conviene más que se elimine un tipo (Jinteki, la biofarmacéutica, gana capital cuando se eliminan enfermedades; NBN, la cadena de noticias, lo hace cuando la opinión pública mejora, y así), los conflictos de intereses están a la orden del día. Sumadle a eso una negociación completamente abierta y tenemos uno de esos juegos a los que no voy a decir nunca que no.
Para completar el combo de negociaciones abiertas y bandos asimétricos, tenemos lo que hace a Nueva Ángeles especial y no simplemente otro Battlestar Galactica (y ser otro Battlestar Galactica ya es algo muy chulo), que es su modo especial de enfocar una mecánica semicooperativa: al comienzo de la partida te van a dar una carta de rival, y al final ganas si tienes más capital que tu rival, independientemente de lo que haya hecho el resto del mundo (siempre y cuando la ciudad no se haya ido al garete, claro). Como casos especiales, tenemos un federalista que será el típico traidor que quiere que el gobierno de EEUU intervenga y la opción de que te tengas a ti mismo como rival, con lo que ganas si tienes más capital que otras 2 ó 3 corporaciones, dependiendo del número de jugadores.

Al final, el juego se reduce a esto: qué acción elegimos, y quién se beneficia más de ella.
Nueva Ángeles es uno de esos juegos de pasarte tres horas enfadado y gritando a los demás jugadores, de negociar con una sonrisa y el puñal escondido para que no lo vean venir y de forjar alianzas en un turno que se tornan en agrias enemistades al siguiente, como un Spartacus futurista. Y, sobre todo, es uno de esos juegos que sigues comentando horas después de acabar la partida, hablando de ese momento en el que tiraste abajo una propuesta totalmente lógica sólo porque la estaba intentando llevar a cabo tu rival o de cómo te veías ganador hasta que el federalista consiguió sembrar el caos total en un turno.
Esto es Nueva Ángeles. Si he de ponerle un punto negativo es que bajo su máscara de sencillez encontramos muchos detallitos de esos que os van a tener consultando las reglas incluso después de varias partidas. De hecho, yo aún estoy por jugarlo sin cometer ningún error, pero es el precio que hay que pagar por una experiencia que parecía que los juegos de hoy en día ya se habían resignado a no intentar ofrecer, y no puedo recomendarlo más.
Recomendado para: amantes de la negociación y las puñaladas.
Juego proporcionado por Generación-X.
“de cómo te veías ganador hasta que el federalista consiguió sembrar el caos total en un turno.” Epic Moment, nada mas que añadir xD
¿Cómo dirías que se compara con otros juegos de negociación? Estoy pensando sobre todo en el República de Roma, pero también en el Galactica (que mencionas), en el Mercaderes de Génova o en el Chinatown. Entiendo que, como en éstos, lo más importante es la fase de hablar entre los jugadores
Pues, dentro de los juegos de negociación, entra más en la categoría de juegos de diplomacia (quieres hacer cosas y necesitas la ayuda de otros) que en la de comercio (quieres cosas que tienes otros y necesitas que te las den). La comparación con República de Roma sería bastante adecuada, ya que hay una meta común (defender Roma o Nueva Ángeles), pero en realidad cada uno está velando por sus propios intereses. Sin embargo, Nueva Ángeles es mucho más elegante que RdR, que es un infierno de reglas, detalles y excepciones.
Si me preguntan por la comparación directa, diré aquí y en la calle que Nueva Ángeles es como sería República de Roma si República de Roma fuera un buen juego y no la muerte en vida.
O sea que habría que hacer una nueva versión de República de Roma, con el esquema de Nueva Angeles. He de reconocer que el entorno de la República de Roma me mola mucho más que el de la ciencia ficción