Mysterium: esto lo resuelvo yo dormido.

Tranquilos, los fantasmas no existen... o eso dicen.
Cada uno de vosotros me recuerda a una de mis muertes. ¿O fueron sólo una? Los viejos fantasmas también tenemos problemas de memoria. En fin, sólo me queda la opción de mostraros todas las posibilidades y esperar lo mejor. Pero tampoco puedo comunicarme claramente: esas habilidades son sólo para los más poderosos y malvados, y yo siempre he sido un simple y humilde sirviente. Sí, creo que esto servirá: un sueño con arcos y flechas te dirigirá a ti a sospechar del soldado, y uno con animales ayudará a tu acompañante a pensar en el cazador… No, ¡no! ¡No es eso lo que quería decir! ¡Los animales son para cazar, no para comer, no estaba acusando al cocinero! ¡Malditas sean mis carencias!
Esto es Mysterium, la última aventura de Libellund que reimplementa el juego polaco Tajemnicze Domostwo que impresionó a los pocos que pudieron echarle el guante, y que ahora ya está al alcance de los simples mortales. Es un juego totalmente cooperativo en el que uno de los jugadores interpreta el papel de un fantasma que intenta hacer averiguar a un grupo de videntes los distintos elementos de un posible crimen (sospechoso, lugar y arma) a través de cartas con ilustraciones oníricas y esperando que establezcan las relaciones correctas entre los elementos de la ilustración y las distintas opciones. Repitiendo la comparación que se ha hecho ya mil veces sobre el juego, es una mezcla entre Dixit y Cluedo, pero también es mucho más que eso.

Más divertido y bonito que cualquier ouija.
La idea es sencilla: cada vidente tiene asignado un sospechoso, un lugar y un arma del crímen distintos, y en cada turno el fantasma pasará a esos videntes cartas con ilustraciones. Cuando haya dado al menos una carta a cada vidente, éstos tienen dos minutos para intentar averiguar qué sospechoso tienen asignado, usando esas cartas como guía. En el turno siguiente, los que ya hayan adivinado su sospechoso pasarán a intentar adivinar el lugar mediante el mismo método, mientras que los que no lo hayan hecho recibirán más pistas y una nueva oportunidad. Si en siete turnos todos los videntes han resuelto las tres piezas de su puzle, se pasa a la fase final. Si no, el fantasma del sirviente de los Warwick seguirá vagando por la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos durante un año más, y todos habrán perdido la partida.
Esta primera parte del juego es simplemente genial, y ya basta para recomendar Mysterium a todo el que esté ya cansado de repetir las mismas fórmulas de siempre en los juegos de mesa. Para el fantasma resulta increíblemente frustrante tener que escoger entre tan sólo siete cartas la perfecta para comunicar la idea que necesitan en cada momento, y tendrá que estar muy atento a lo que hablan los videntes para tratar de conectar con sus vías de razonamiento, mientras que los videntes estarán siempre intentando encontrar conexiones entre las imágenes de las visiones que les llegan y sus posibles soluciones, entrando en la mente del fantasma y su manera de ver las cosas.

Alguien ha matado a alguien…
La segunda… Bueno, digamos que hacía falta algún tipo de clímax, y se escogió el que se escogió. Una vez todos los videntes han resuelto su parte del misterio, toca decidir cuál de ellos es el verdadero, y cuáles son simplemente los desvaríos de un viejo fantasma. Para ello se usa un sistema de votaciones en el que el fantasma escoge tres cartas en total y enseña a cada vidente una, dos o las tres dependiendo de lo hábil que haya estado en la primera fase y, basándose en esas imágenes, tendrán que votar, en silencio, por una de las opciones. Si la opción mayoritaria es la correcta, todos ganan. Si no, todos pierden. Esta fase pierde un poco de elegancia respecto a la primera, y tiene la desventaja de que ver más cartas no siempre es bueno: al tener que escoger por fuerza tres de entre siete, la tercera carta seguramente no esté tan bien hilada como la primera y puede llevar al despiste. La buena noticia es que, si no te convence esa fase, se puede usar sin ningún problema la opción del Tajemnicze Domostwo original, mucho más sencilla y elegante, así que ningún problema por ahí.
Donde sí que puede haber algún problema más es en los componentes y, más concretamente, en las cartas. En Mysterium vamos a manosear mucho las cartas, y el material en el que están hechas es un poco regulero y no tiene pinta de que vaya a resistir mucho trote: de hecho, con no demasiadas partidas encima ya se nota el desgaste en los bordes, y el inserto es de los que vienen estupendos para guardarlo todo tal cual, pero ay de ti como se te ocurra poner fundas. Una pena, porque el resto del juego es de una factura más que notable, especialmente la pantalla para el fantasma con sus bolsillitos para colocar las cartas.
Pero que estos detalles no os frenen: Mysterium es uno de los juegos más originales que se han publicado en mucho tiempo y sólo por eso ya merece la pena tenerlo en una colección que busque variedad. Si te gustan los juegos de deducción y los que cuentan una historia, aquí tienes el cóctel perfecto.
Te gustará si: buscas sensaciones distintas a las de los juegos típicos.
Lo odiarás si: no soportas ver una carta con los bordes gastados.
Muy interesante, Betote! Gracias por la reseña!
Muy buena reseña, ya me preguntaba cómo sería este este juego.
Pero, ¿cuál es la opción esa del Tajemnicze Domostwo, tan chula? ¿La opción es simplemente que en el juego original no había segunda fase?
Me encanta tu página. Un saludo
Simplemente, si todos los videntes han llegado al final, el fantasma escoge una última carta (o cartas) como pista sobre el verdadero culpable, y los videntes tienen que decidir en consenso a cuál se refiere, sin votaciones ni fases. Si han llegado antes del séptimo turno, tienen una oportunidad más por cada turno que les sobrase.
La principal ventaja es que hace el final mucho más directo y no hace falta llevar cuentas, aunque por otro lado un jugador muy cabezón puede echar para atrás el consenso y hacer que se alargue. Mi recomendación es que lo pruebes en el modo nuevo y, si no te convence, encuentres la mezcla en la que te sientas más a gusto entre reglas originales y revisadas.
Qué tan rejugable es el juego con el mismo grupo? No existe cierto riesgo de que algunas cartas ya queden automaticamente asociadas a algún sospechoso o a algún objeto (eg. Si sale la araña con sus hilos ya sabemos que es la costurera…)? Y finalmente, no es un poco aburrido jugar de fantasma?
Gracias por tus reseñas (ya las empezabamos a echar de menos)
A mí también me preocupaba ese aspecto aunque, siendo 18 cartas distintas para cada categoría y habiendo una buena cantidad de cartas de sueño, no veo que vaya a ocurrir en un futuro próximo.
En cualquier caso, si le dais mucha caña, quizá sea buena idea hacerse con una expansión de Dixit y usarla para sustituir el mazo de sueños. El estilo de las ilustraciones es muy parecido y puede funcionar muy bien.
Tenéis alguna regla casera para hacer el juego más competitivo en lugar de cooperativo?
Gracias