Marvel Zombies y el Big Mac

Desde hace unos años a esta parte, entre la crisis del papel, la de los contenedores, la de la pandemia, la de las relaciones internacionales y alguna más que me dejaré porque si algo nos viene sobrando son crisis, el precio de los juegos de mesa se ha disparado. Y muchas editoriales han pasado a pensar que, ya que no tienen más remedio que vender los juegos caros (porque el coste es mayor que antes), por qué no liarse la manta a la cabeza y apuntar directamente al mercado de lujo, que el que está dispuesto a pagar 60 euros tampoco necesita mucha manipulación para convencerse de pagar 80 ó 100. Y los que iban a pagar 80 ó 100, bueno, ya os podéis imaginar.

CMON nunca ha sido una editorial de precios populares. Desde aquellos tiempos en los que se llamaban Cool Mini or Not y venían de gestionar una página en la que los aficionados colgaban sus moñecos pintados y personalizados para que los más mancos nos pusiéramos verdes de rabia, su foco siempre ha sido el de presentar un producto que se viera espectacular en mesa, con reglamentos sencillos para no dejar a nadie atrás y temáticas populares en el imaginario friki, como zombis o vikingos. Y es que, si uno podía elegir entre poner en el tablero un cubito de madera o un gigante de los hielos, la cosa estaba clara. Y para su quincuagésimo proyecto en Kickstarter han decidido unir su best seller absoluto, Zombicide, con la franquicia de moda, y el punto de unión ha sido Marvel Zombies, un What if…? que ya lo había petado en sus versiones de tebeo, videojuegos y televisión. No era una apuesta precisamente arriesgada.

Lo primero que nos enseñaron a modo de anticipación fue una figura de Galactus a la que puedes dar dos euros y las llaves del piso y que te baje a comprar el pan, con su brazo y cabezas zombi intercambiables, para que nos fuéramos mentalizando de que la cosa iba en serio. Y tan en serio como que en el primer día de la campaña ya nos ofrecían la posibilidad de comprar esa figura, el juego básico y un segundo juego básico en el que los papeles de héroe y villano (superhéroes vivos y zombis) se intercambiaban. 410 dólares, uno detrás de otro (gastos de envío e impuestos no incluidos, muchas gracias), por una caja en la que podría caber un microondas llena de plástico y cartón.

Era solo el principio.

Porque, como cuando vas a una cadena de comida rápida y pides una hamburguesa, de repente te comentan que por un euro más te llevas el menú, y ya que tienes el menú son sólo cincuenta céntimos que te pongan las patatas grandes, y con el descuento que acumulas puedes pedir un helado y un café, y llamando a un amigo te ofrecen un juguete exclusivo, y…

Nueve millones de dólares.

Porque cómo vas a decir que no. Que a ti te hacía gracia la propuesta y oye, había hueco en la estantería para un juego más, pero es que si lo pides en la campaña viene con descuento, y no compensa esperar a que salga en tiendas porque la cantidad de miniaturas exclusivas de regalo ha superado ya a las que vienen en la caja del juego básico. Y lo mismo pasa con las expansiones que van desvelando, y cada día estás atento al e-mail porque anuncian cosas nuevas y compras opcionales, y qué demonios, ya que estás dentro vas a darte un capricho, que has tenido un año de mierda y te lo mereces, y ese dinero que no te has podido gastar en una escapada de fin de semana o en celebrar tu cumpleaños rodeado de amigos, que al final es sólo una cifra y se va con hacer clic, así que tampoco es como si fuese dinero de verdad, ese dinero, te dices al fin, te lo vas a gastar en lo que te dé la gana, y es una ganga con todo lo que te descuentan y todo lo que te regalan y

clic.

Ya está hecho. Ya has pulsado. La campaña ha terminado, y el pago ya se ha recibido. Felicidades, este éxito ha sido de todos, qué alegría y mira este detallito que te ofrecemos por haber sido un aficionado tan leal. Los efectos del chute de dopamina ya han pasado y todo lo que te queda para recordarlo es el cargo en cuenta y esperar a que abran la página para gestionar tu aportación, en la que podrás añadir alguna cosilla que se te haya olvidado: esos dados con un dibujo exclusivo, esas fichas de plástico para sustituir el cartón, que ya estás metido y has oído en un podcast que hay que hundirse o nadar y no sabes muy bien qué significa pero poniendo más dinero seguro que todos alaban tu valor y arrojo. Y cerrar el gestor y esperar, un par de meses, un par de años, y confiar en que cuando llegue esa caja que ya tendrá el tamaño de una lavadora la sensación sea al menos una sombra, un recuerdo del éxtasis que imaginabas cuando hiciste ese clic y desapareció el fruto de semanas de trabajo para engrosar las cuentas de una multinacional.

5 Comments on Marvel Zombies y el Big Mac

  1. Has comprado dos ¿Verdad?

  2. CARLOS AVELLA PEÑA // febrero 9, 2022 en 2:38 pm // Responder

    Genial!

  3. Alberto Cortijo Fernandez // febrero 10, 2022 en 8:57 am // Responder

    Hola, ¿Has pensado ya en qué rincón del jardín vas a poner a Galactus?

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