Los aprendices: tira los dados, joven padawan.
Alberto Corazón, 2015 – Zacatrus
2-4 jugadores, 45 minutos

Otro juego más que usa el cuadro “El caminante sobre el mar de nub…” huy, no.
En Zacatrus se lo están tomando muy en serio. Después de hacerse con el catálogo de juegos pésimamente editados de Gabinete Lúdico se ve que les quedó muy claro cómo no había que publicar un juego y fueron probando a ver cómo era hacerlo bien: el producto de esta decisión fueron cosas como Tzolk’in o el brutal El espía (que se perdió), y ahora que ya parece que le han cogido el truquillo se embarcan en la publicación de un juego propio, sin franquicias ni licencias ni nada. La pregunta es: ¿se fijaron si la piscina estaba llena antes de saltar?
En cuanto a producción, Los aprendices es intachable: tableros de cartoncete de grosor más que aceptable, cartas decentes y unos dadazos de esos que da gloria tirar, grandotes, con los dibujines en relieve para que no se borren en la tercera partida y con un peso que los hace muy agradables de usar. Sé que a veces soy un poco pesado en este aspecto, pero los componentes visual y táctil de un juego son parte importante de la experiencia, sobre todo si pretendes engañar animar a familia y amigos para que jueguen a eso nuevo que te has comprado. El diseño gráfico y las ilustraciones tienen un aire entre sobrio y místico, lo que nos hace pensar que estaremos ante un juego con un componente narrativo importante.

Bienvenidos al Templo de la Sabiduría Mística y… bueno, ya me entendéis.
El libro de reglas ayuda a fijar esta primera impresión, al decidir contarnos las reglas como si fuéramos aprendices de alquimista que nos acercamos al templo de la sabiduría en busca de las claves del conocimiento supremo, en lugar de unos frikis que quieren saber qué significan los dibujines de los dados. Y quizá aquí es donde, para mí, se encuentra el fallo de un juego que, por otro lado, cumple perfectamente.
Porque Los aprendices no va de eso. No vamos a desentrañar el sentido de la vida, el universo y todo lo demás, ya que la única respuesta que el juego ofrece a esa pregunta es la cantidad de puntos de victoria que necesitamos para ganar. Los aprendices es un juego de dadetes ultra sencillo, de tirar dados y ver qué ha salido y qué hago con ellos, muy al estilo de Dungeon Roll, y como tal sí que funciona: en tu turno tiras los dados, usas resultados de gema para eliminar cuervos (eliminar cuervos, tuyos o de otros, te da puntos de victoria. Quedarte con cuervos en tu tirada te los resta), miras qué te queda y avanzas tu ficha en uno de los seis tableretes, lo que te da puntos de victoria por hacerlo y habilidades especiales que te permitirán modificar resultados en turnos posteriores si lideras uno de los tableros. Se repite esto hasta que uno llega a esos mágicos 42 puntos y hale, a casa.

Al final, tirando dados es muy difícil no ser feliz.
Los aprendices, digo, no es un mal juego en absoluto si sabes a lo que vas: componentes de calidad, tirar dadetes, conseguir habilidades especiales y nuevos dadetes y ya, sin más complicaciones ni alharacas y, si lo que buscas es un juego de ese estilo que poder sacar pero que no tenga dibujos de monstruos gigantes ni personajes de dibujo animado sino unas ilustraciones más sobrias, como el que saca un Jenga de madera de abedul porque su época de encontrar divertido SuperRino ya pasó, por fin tienes algo hecho a tu medida. Por otro lado, no esperes grandes niveles de decisión o interacción más allá de los contados casos en los que puedes elegir avanzar en un tablero o en otro y pelear por una habilidad, pero para eso ya hay otros juegos.
Te gustará si: quieres un juego sencillo de explicar y sacar a mesa pero que no parezca un producto para niños.
Lo odiarás si: quieres hacer algo más que tirar dados y ver qué ha salido.
Juego proporcionado por Zacatrus.
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