La posada sangrienta: cuidado que salpica.

The Bloody Inn. Nicolas Robert, 2015 - Pearl Games 1-4 jugadores, 1 hora.

¿Susto o muerte?

¿Susto o muerte?

Antes de cada feria de Essen suelo pasarme una buena temporada enterándome de qué va a salir para ir preparando la cartera: colocación de trabajadores por aquí, gestión de recursos por allá, versión de dados del juego clásico de turno... Y, entre bostezo y bostezo, veo una nota de prensa. Francia, siglo XIX, los dueños de una vieja posada rural luchan por sobrevivir y se dan cuenta de un pequeño detalle: los viajeros que pasan la noche allí llevan mucho más dinero en los bolsillos que las tristes monedas con las que pagan por su habitación así que, ¿y si no se fueran nunca?

¿Susto o muerte?

Así que esto es lo que vamos a intentar hacer en La Posada Sangrienta: ir matando a los huéspedes que se alojen en ella para robarles. ¿Y cómo? Pues… Con un mecanismo de gestión de mano bastante del montón, me temo. Adiós a mis sueños de un juego increíblemente temático y con grandes dosis de interacción: aquí la cosa va de robar cartas, jugarlas en el momento adecuado y combinarlas de la manera más efectiva, y para de contar.

¿Significa esto que estamos ante un mal juego? Pues tampoco es así la cosa, porque el puzle de las cartas resulta ser muy ajustado: tienes dos acciones cada turno y nunca te va a dar tiempo a hacer todo lo que quieres, y cada vez que quieres robar o usar una carta vas a tener que andar descartándote de otras, más cuanto más potente sea la carta en cuestión, y tienes esa sensación de no saber para cuál de sus distintos usos posibles te conviene jugar cada carta que hace juegos como San Juan o Galaxia: la Conquista tan efectivos.

Y todo el juego se centra en torno a eso: la economía de cartas, el equilibrio a la hora de qué cartas jugar y cuáles descartarte y las combinaciones y descuentos que consigues jugando una carta u otra de determinada manera, mientras vas construyendo anexos, matando huéspedes y enterrándolos en esos anexos para llevarte el dinero que tienen encima. Como ya os he contado, nada espectacular, pero que funciona y mira, aunque sea sólo visualmente ya puede darte el punto que te hace falta para lanzarte a la piscina.

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Pueden gustarte o no, pero no se puede negar que el aspecto del juego es único.

Las dos mecánicas que me parece que sí aportan algo especial son el modo de seleccionar cartas, que se hace de manera abierta de tal modo que no te vas a ver lastrado por no haber podido robar la carta que querías en el momento justo (lo cual era el punto oscuro de Colonos del Imperio, por ejemplo) y que puede aportar un punto extra de interacción a la hora de escoger la carta que te conviene más o la que no quieres que se lleve el rival, y el hecho de que puedas enterrar a tus huéspedes en los anexos de otros jugadores y repartiros el dinero, que vas a usar más de lo que pudieras creer debido a la escasez de acciones y a que no te va a dar la vida para tanto descarte.

La Posada Sangrienta no es un juego para mí: se me hizo un tanto largo y repetitivo, y no he llegado a recuperarme del chasco inicial por las expectativas que tenía respecto a él, pero sí puedo ver cómo a los amantes de los juegos con decisiones difíciles y puzles complejos de maximización de acciones les va a resultar muy interesante así que, si eres de esos (puedes decirlo sin miedo, te voy a seguir queriendo igual), aquí puedes tener una opción más que válida.

Un último consejo: si te decides a probar La Posada Sangrienta, ten en cuenta más que nunca una de las máximas a la hora de juzgar un juego: la primera partida no vale. Aquí, como la chispa está en escoger las combinaciones y los poderes más útiles y cada carta tiene tres usos en potencia (construcción, cadáver o pago por un acción), durante como mínimo la primera mitad de tu primera partida vas a estar a verlas venir, sin saber muy bien qué hacer mientras ves cómo otros se sacan puntazos que es gloria verlos, pero no desesperes, que una vez la bombillita se encienda vas a ver el mecanismo y vas a poder matar huéspedes y enterrarlos como todo posadero de bien.

Te gustará si: disfrutas de los puzles complejos en los que nunca puedes hacer todo lo que quieres.

Lo odiarás si: esperabas un juego temático con mucha interacción.

Juego proporcionado por Generación-X.

 

5 Comments on La posada sangrienta: cuidado que salpica.

  1. Por primera vez, me da la impresión de que no hemos jugado al mismo juego.

    No me parece un juego de maximización de nada. Las posibilidades y las estrategias son muy sencillas, no hace falta devanarte los sesos. No hay combos brutales, todos los edificios dan más o menos lo mismo, tener cartas en la mano da una ventaja pero también tiene un coste…

    La gracia del juego es que con solo dos acciones por turno, o te quedas con un montón de ayudantes del turno anterior y te dejas tus ahorros para pagarles el sueldo, o tendrás que arriesgarte y dejar cadáveres al descubierto durante un par de turnos. Y en el riesgo es donde está la diversión (riesgo, no planificación). Y a lo mejor has pagado una burrada para quedarte con muchos ayudantes y pegar el palo del siglo y justo en ese turno no aparece ningún visitante rico. Por eso más que un juego de optimización, me parece un juego de “fuerza tu suerte”.

    Y que no abunden los ataques directos no quiere decir que no haya interacción. La distribución inicial de los huéspedes ya supone una mínima interacción, pero no se para ahí: siempre eliges tus acciones en función de lo que tienen los demás, según el número de ayudantes que tengan en mano; la competición por llevarse a los invitados es feroz. Y ya no te cuento cuando utilizas el último edificio vacío de tu vecino para enterrar un cadáver de un aldeano y le entregas su mísera parte de 2 monedas, y de repente se encuentra con un cadáver de nivel 3 en su patio y ningún edificio propio para enterrarlo… Si eso no es interacción, ya me dirás qué lo es 😀

    Sí coincido en que la primera partida, y quizás también la segunda, están para enterarte de cómo funciona. No es un juego al uso, es un juego en el que hagas lo que hagas, algo siempre te saldrá mal: tu vecino te arrebatará al aliado que querías justo cuando le tenías a punto de caramelo, o montarás el operativo perfecto para cargarte a un acaudalado viajero y solo aparecerán pobretones.

    Es un juego que genera frustración y eso precisamente no va con los amantes de la planificación y la maximización. Es un juego que no se deja gustar.

  2. No te voy a decir que no esté de acuerdo contigo; simplemente a mí el estrés de la falta de acciones y el tener que renunciar continuamente a cosas me pesó más que el punto de riesgo.

    También creo que aquí especialmente he sido víctima de mis propias expectativas. No sé exactamente qué esperaba de La Posada Sangrienta, pero desde luego no era esto.

  3. Estoy con Betote, el juego en sí no está mal, pero me decepcionó porqué había pensado que sería otra cosa. De todas maneras admito que ese problema es mío (en este caso por lo que veo también de Betote) y que no debería influir a la hora de valorar el juego en sí.
    También es verdad que una primera partida no es suficiente para catarlo como merece, y también creo que será imprescindible jugarlo con el número de jugadores adecuado (ahora mismo no sabría cuántos).
    De todas maneras creo que es un ejemplo perfecto del efecto hype. A lo mejor dentro de un tiempo, como ha pasado con muchos otros juegos, cuando el frenesí post-essen disminuya, se juzgará con la calma necesaria para dirimir si vale o no la pena.

    Saludos

  4. Yo no he dicho que sea buen o mal juego (eso es subjetivo), solo he dicho que no es el puzle complejo que puede parecer en la primera partida. Cada uno busca cosas diferentes en los juegos, y en los gustos de cada uno no entro.

    Y entiendo perfectamente lo que decís. Es verdad que el tema –la posada con los aldeanos ávidos de dinero, asesinar a los huéspedes, enterrar los cadáveres y desvalijarlos– es muy, muy sugerente, de esos que te llaman la atención por delante de todos los demás juegos. Y afrontas el juego con unas expectativas acordes, pensando que va a ser mejor que todos los demás juegos. Y como no es así, la decepción también es acorde.

  5. Sentimientos encontrados con este juego poseo.
    Escrito así en plan Yoda pero es cierto. No soy muy amante de este tipo de juegos, pero de todos los probados de su género, La Posada Sangrienta sale muy bien parada.
    Distraído para jugar con colegas y echar unas risas, pero no le pidas más.
    Por cierto, me encanta tu reseña.
    Tienes un seguidor más 😉

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