El portal de Molthar: Splendor al tren

Aprende a contar con tu amigo el dragón.

Die Portale von Molthar. Johannes Schmidauer-König, 2015 – AMIGO Spiel (Mercurio)

2-5 jugadores, 20 minutos

Aprende a contar con tu amigo el dragón.

Aprende a contar con tu amigo el dragón.

Tengo que hacer una confesión: a veces, cuando pruebo un juego y lo veo insulso, falto de originalidad y perezoso en su diseño me vengo arriba y quizá lo critique con demasiada vehemencia. Lo cual es bueno hasta cierto punto porque así os prevengo de gastaros el dinero en productos que no os van a aportar nada, pero tiene como desventaja que luego no sé muy bien cómo afrontar los momentos en los que me encuentro con auténtica basura como este El Portal de Molthar. Pero vamos a intentarlo.

Primero lo bueno: la caja tiene un tamaño muy adecuado y el material de las cartas no está mal. Ya está. La pena es que ya de primeras nos venimos abajo con unos tableros individuales de papel de fumar y unas ilustraciones que si no se van a llevar ninguna demanda por infracción de derechos de autor, es porque son tan malas que cuesta enterarse bien de a qué obras están copiando. Porque para qué molestarse en dibujar si ya existe el papel cebolla.

Esto es algo de lo que ya he hablado más de una vez, pero que voy a repetir de nuevo: si no te vas a molestar en hacer que tu juego tenga un componente temático o narrativo (lo cual no tiene por qué ser malo, hay muchos juegos abstractos que funcionan perfectamente), ¿para qué hacer el paripé de hablar de fuerzas mágicas misteriosas, elfos hadas y demás mandanga? ¿Qué necesidad tienes de intentar hacer pasar tu ¡Toma 6! por un Battlestar Galáctica, si así lo único que haces es alejarte de tu público potencial para atraer a gente que se va a sentir engañada una vez pruebe tu juego? Pero en fin, seré yo, que soy el raro.

Sólo falta Ricky Rouse.

Sólo falta Ricky Rouse.

La idea del juego es también una muestra de por qué, a pesar de que siempre está el listo que desprecia los juegos sencillos y elegantes diciendo que el verdadero mérito está en hacer cosas complejas, la cosa no es tan simple y un pequeño detalle puede dar al traste con un diseño más que efectivo.

A estas alturas quien más quien menos habrá echado alguna que otra partida a Splendorel juego familiar que triunfó el año pasado. Si bien no ofrecía nada increíblemente novedoso, Splendor tenía y sigue teniendo algo a su favor, y es lo directo e intuitivo que resulta. Puedes coger a cualquiera, sentarlo a una mesa y, menos de un minuto después, ya lo tienes jugando: pillo joyas, las cambio por cartas, gano puntazos, fin. En El Portal de Molthar parece que alguien jugó a Splendor y pensó «esto lo apaño yo en dos patás».

Y el primer apaño fue, oh sorpresa, poner cartas en una fila y hacer que puedas robar de esa fila o la primera carta oculta del mazo. Que no  de qué me suena a . Así que las cartas que quieres coger son las que te dice el juego, no las que tú quieres, lo cual da una alegría enorme cuando hay 9 cartas distintas, un despliegue de 4 cartas y sólo puedes tener un máximo de 5 en la mano al final del turno. También vamos a hacer lo mismo con las cosas que quieres comprar con las cartas, pero aquí que haya sólo dos disponibles cada vez, no vaya a ser que la gente pueda elegir algo.

El segundo apaño es darles poderes especiales a las cartas. Pero no poderes especiales fáciles de entender así en plan pringao, no: vamos a hacerlos enrevesados, que una de cada tres cartas sea una excepción y ya de paso lo explicamos todos con iconos que se parezcan lo más posible unos a otros, que lo que más le divierte a alguien que quiere jugar un juego de cartas de 20 minutos en el que no le dejas tomar prácticamente ninguna decisión es tener que parar cada turno a buscar el significado de un icono en las reglas. Por supuesto, las reglas vamos a hacerlas bien pequeñitas para que consultarlas sea un reto en sí mismo. Ah y, ¿te acuerdas de esas ilustraciones con personajes calcados de pelis de éxito? Pues vamos a procurar que el poder que tengan no tenga nada que ver con el personaje, para hacerlo aún más interesante.

El Portal de Molthar representa lo peor del diseño de juegos mercenario: cojo cosas de aquí y de allá, las mezclo sin tener mucha idea de qué estoy haciendo y hale que te va, que hay que cumplir con el contrato. Un juego en el que se nota que ninguno de los implicados tenía muchas ganas ni ilusión y, si no hay emociones a la hora de crear, difícilmente las habrá a la hora de jugarlo.

Pero la caja está chula.

Te gustará si: no has probado ninguno de los muchos juegos a los que plagia torpemente.

Lo odiarás si: te gustan los trabajos bien hechos.

Juego proporcionado por Generación-X.

 

 

 

2 Comments on El portal de Molthar: Splendor al tren

  1. Tengo este juego. Y…. dinero tirado. Lo compré por novato. Al poco de comprarlo he ido descubriendo juegos mil veces mejores y lo conservo en la ludoteca solo para recordarme que no compre nada sin leer reseñas y sin ver algún vídeo. Primero estudiar el juego y luego comprar, eso es lo que he aprendido con este Portal de Morthal que a la segunda partida se fue al fondo de la estantería y allí lleva meses viendo como sí ven mesa otros juegos.

  2. Discrepo mucho de vuestra opinion. Intentare ir por partes de lo mas importante.
    Las instrucciones son adecuadas al tamaño de la caja, es un juego muy fácil de llevártelo de viaje.
    Las ilustraciones podrían ser mejor si, pero tampoco veo desastre en sus ilustraciones.
    Es un juego muy barato que cumple su cometido, es rápido y entretiene.
    Sus iconos que dices que hay que consultar siempre las reglas para saber que significan no es así, yo en 3/4 partidas ya conozco todos sus símbolos de los poderes en las cartas y no tengo que estar consultando sus reglas.
    En definitiva, creo que tu critica es algo excesiva, aunque si bien es cierto que reconozco que no es un «juegazo». A mi personalmente me entretiene y lo he jugado mucho, si quiero algo mas complicado pues tengo otros juegos para ello.
    Un saludo

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