El paredón: Olympians War, Números Locos, Dragones y Gallinas

Se acumulan las novedades en este último cuarto de año, y a algunas de ellas toca despacharlas sin demasiadas florituras si uno quiere dedicarle el tiempo que merecen a las víctimas que saben guiñar bien el ojo. Hoy vamos con tres juegos bastante distintos entre sí, pero que a lo mejor tienen algo en común…

Olympians War (Vicente Cifuentes, 2016)

olympians-warVirus! puede que no sea mi juego favorito, pero tiene el valor de tratarse de una apuesta que sabe muy bien adónde apunta y que funciona de maravilla en ese ámbito de juego rápido para gente que no busca complicaciones, un UNO con dibujos chulos y que busca un público muggle. Y como todo juego que tiene éxito, siempre hay alguien que quiere hacer caja a su costa.

El caso de Olympians War es el mismo que el del tipo que compró móviles chinos, les pegó una bellota mordida y se puso a venderlos como producto propio. Mecánicas calcadas de Virus! con unos dibujos, eso sí, bastante majetes y que pretende ser una versión “avanzada” cuando en realidad lo único que lo diferencia del original es que los poderes especiales no están pensados en absoluto y la cosa se reduce a robar carta, leer las reglas y jugar carta. Merece el olvido en el que seguramente caerá.

Números Locos (autor sin acreditar, 2015)

numeros-locosSi el primero de estos juegos era una copia descarada, Números Locos es quizá demasiado original para su propio bien. Aquí iremos contando historias al estilo de Rory’s Story Cubes, pero usando losetas con números a los que se ha asignado un personaje determinado. Después de contar la historia es cuando viene la parte curiosa, ya que le daremos la vuelta a las losetas y tendremos que recordar qué personaje corresponde a cada número durante una serie de pruebas de memoria. Se suceden rondas en las que alternamos estas fases añadiendo cada vez más losetas hasta que alguien está en disposición de resolver un reto final y ganar la partida.

Como juego, no os voy a mentir, Números Locos tiene muy poco que decir, sobre todo si los jugamos con adultos. Sin embargo, es una actividad pedagógica bastante chula que toca memoria (y técnicas de memorización, cosa curiosa), competencia lingüística y una pizca de aritmética básica de una manera bastante atractiva para chavales de 8-10 años. Ellos se lo pasan pipa contando historias locas con personajes rarunos y tú te frotas las manos pensando en que los muy pringados están aprendiendo sin darse cuenta. Para que te fíes de un adulto.

Dragones & Gallinas (Josep M. Allué y Dani Gómez, 2016)

D&G_frontbox_ENAquí en la parte de Whitechapel que linda con Vallecas somos muy fans de Josep M. Allué y su capacidad de hacer juegos simplotes que nos quitan años de encima, así que ver su nombre en una caja ya es atractivo más que suficiente para echarle un vistazo a un juego. En este caso, la estética pseudo mazmorrera y el título prometían un juego original y divertido, así que allá que fuimos.

Por desgracia, en este caso me temo que, al menos conmigo, este Dragones & Gallinas ha fallado. El juego es simplemente otro Jungle Speed más, esta vez contando símbolos para decir cuál es más abundante y teniendo en cuenta un par de cosillas como luces encendidas o apagadas en el dibujo o cómo interactúa un símbolo con otro. Sin ser mal juego en su género, tampoco me parece que aporte nada nuevo como sí lo hacía Capitán Flint añadiendo el elemento de forzar la suerte, así que esta vez toca pasar.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: