El paredón: Black Hills, Vikings Gone Wild, Yangtze
Verano, época de vacaciones, tranquilidad y relajo… Siempre que no tengas un blog de juegos de mesa, que aquí no nos dejan parar. Y como cada vez que reduzco el ritmo de entradas un poquitín, se acumulan las novedades y hay que despachar rápido para volver a ponerse al día. Atentos, que vienen curvas.
Black Hills (4/10)
Tengo una cuenta en Twitter, así que soy muy de opiniones y teorías. Una de ellas es que, por mucho que nos empeñemos en que sí, que nos lo dijo nuestra abuelita y nosotros somos especiales, difícilmente va uno a ser bueno en todo: yo mismo compenso mi arrebatador atractivo físico con ser miope, y mi deslumbrante intelecto con ser alérgico a la amoxicilina, así que cuando veo que un juego comparte autor e ilustrador, suelo torcer un poquito el morro. Y si el aspecto gráfico del juego mola (y Black Hills tiene un diseño bastante chulo con el uso que hace del rojo, negro y blanco), me da por pensar que ya sé por dónde va a flojear.
Y en este caso se han confirmado mis miedos. Black Hills es un juego bastante sosainas en el que en cada turno te reparten cuatro cartas de personaje y te quedas con dos (más una carta de acción, también al azar) y usas esas cartas para ir acumulando recursos y, eventualmente, cambiar esos recursos por puntos de victoria. Claro, estaréis viendo ya por dónde va el problema: al final uno siente que son las cartas las que están jugando por él, y carece de toda la tensión que otros juegos de selección de roles como Ciudadelas puedan aportar a la mesa. Y cuando intentas hacer lo mismo que un juego de hace 17 años y no te sale, a lo mejor es que había que haberle dado otra vueltecita al diseño antes de publicarlo.
Vikings Gone Wild (7/10)
Ya, yo también esperaba algo más picantón, pero resulta que Vikings Gone Wild es un juego de construcción de mazos de los de toda la vida, basado además en una aplicación para móviles que me ha durado diez minutos instalada. Mal empezamos. Por otro lado, una vez sobrellevada la decepción inicial, dejadme deciros que como juego de construcción de mazos de toda la vida está bastante bien y que me lo he pasado pipa construyendo edificios, recolectando recursos, cumpliendo misiones y saqueando. Como en la aplicación pero, ya sabéis, divertido.
En Vikings Gone Wild vamos a ir construyendo nuestro poblado vikingo mientras acumulamos recursos y tropas y nos vamos atacando. Una de las cosas que me han gustado es que los ataques son muy frecuentes (es lo más normal atacar a alguien todos los turnos), pero no resultan especialmente traumáticos para el defensor, que sólo pierde algún recurso si le atacan un almacén lleno y que además puede conseguir puntetes adicionales si se defiende con éxito. Por ponerle alguna pega podría decir que el tiempo de preparación y recogida es quizá un poco largo y que tiene pinta de ser de los que necesitan expansiones para mantenerlo con vida, pero tampoco puedo decir que estos puntos sean tan importantes si luego voy por ahí diciendo que mi juego de construcción de mazos favorito es Marvel Legendary.
Yangtze (6/10)
¿Sabéis cómo se traduce Lanterns al español, el portugués y el italiano al mismo tiempo? Exacto. Yangtze es uno de esos juegos familiares que salen de vez en cuando y que son muy útiles para regalarle a alguien con quien has jugado a ¡Aventureros al Tren! y le ha gustado, pero que sabes que tampoco quiere nada mucho más complicado que eso. El juego es muy simplote: tú en tu turno añades una loseta al mosaico, y cada jugador se lleva una carta del color que indique la cara de la loseta jugada que mire a su lado. Luego esas cartas las puedes cambiar por cartas de puntos juntando packs de cuatro iguales, siete distintas y demás. Hay un par de reglas más, pero ya pilláis por dónde va.
La experiencia de la partida, al menos para mí, me temo que se queda en ese terrible correcto. Es agradable de jugar y tiene sus puntos de decisión si quieres evitar que los demás jugadores se hagan de oro con tus losetas, y no se puede decir que sea un juego de esos que se eternizan, pero esto viene con un precio. Y es que si quieres un juego sencillo de reglas y con una interacción ligera en la que no haya lugar para enfados y frustraciones, es difícil hacer que además el juego sea tenso o que la experiencia sea memorable. Yangtze se queda para mí mucho más cerca de Cacao que de Carcassonne pero oye, esto habrá muchos para quienes sea algo muy bueno y, para vosotros, Yangtze puede ser una opción más que decente.
Juegos proporcionados por Generación-X.
Comentarios tremendamente útiles, como siempre 🙂
Gracias.