El paredón: Barcelona: la Rosa de Fuego, Código Secreto: Imágenes, Parade
Sí, febrero no es una vorágine de novedades precisamente, pero aun así sigue habiendo cantidad de cositas de las que os quiero hablar, y no siempre da para daros discursos kilométricos. El paredón no nació como sección para juegos malos, sino como escape rápido para esos momentos en los que estoy que me reseño encima, y poder así saciar mi ansia aunque sea temporalmente. Pero venga, que no habéis venido a leer justificaciones, sino a saber cómo son estos tres pobres jueguecitos al pasar por el cuchillo de Jack.
Barcelona: la Rosa de Fuego (4/10)
¿Maggi y Nepitello, autores de La Guerra del Anillo, marcándose un juego de mayorías de corte viejuno con puntito histórico? Eso quería verlo. En Barcelona: la Rosa de Fuego vamos a ir construyendo entre todos el ensanche de Barcelona, intentando equilibrar la construcción de edificios para nobleza y clases altas, que son lo que nos dan los puntazos, con los de clases bajas y obreras, para evitar un jaleo social gordo. Lo que más me llamó la atención fue el mecanismo de huelguistas, con un puntito de gestión de riesgos curioso (al final de cada ronda metes señores en una bolsa en función de cómo hayas construido, se sacan unos cuantos y si salen de tu color te la lían parda), y que la cosa destilaba un saborcillo a juego añejo, de esos ligeros de reglas pero hasta arriba de mala idea que tanto me gustan.
Sin embargo, no puedo decir que haya cumplido mis expectativas: que lo que puedas o no construir dependa de las cartas que te hayan tocado le quita gran parte del interés, y las puntuaciones y modos de ir consiguiendo cartas de construcción mejores en función de mayorías de edificios por barrios se nos antojaron mucho ruido para pocas nueces: tener que ir calculando 3 mayorías distintas en 9 barrios para que al final el resultado sea que prácticamente todos acabemos con las mismas cartas rompía cualquier conato de ritmo que pudiera haber tenido el juego y nos acababa dando una sensación de que al final no importaba demasiado qué decisiones tomásemos, y eso es sentencia de muerte para un juego de este tipo. Si tienes pasión por la ciudad y época en las que está ambientado, siempre puedes encontrar en textos e ilustraciones de las cartas detalles que te interesen, pero si lo juzgamos como juego y nada más tenemos un producto regulero como mucho.
Código Secreto: Imágenes (8/10)
Si la vaca sigue dando leche, tú aprieta bien fuerte la teta. Eso han pensado en CGE Games, que han visto cómo Código Secreto se convertía en un pedazo de megahit y que mucha pasión por hacer felices a los demás y ver cómo tu afición se convierte en tu trabajo, pero en el supermercado no te dejan pagar los tomates con sonrisas así que, ¿cómo desaprovechar una oportunidad cuando te timbra a la puerta? Para ya entrado el año nos están esperando versiones de Disney y Marvel, en inglés ya llevan un tiempo jugando a la versión con palabrotas (decir culo y tetas siempre es gracioso, signo de madurez y sofisticación), y aquí nos acaba de llegar la edición con dibujitos del juego que realmente da de comer al laureado autor de Through the Ages.
Tengo que confesar que no las tenía todas conmigo con esta versión: la elección de palabras del Código Secreto original me parecía y sigue pareciendo genial, y con dibujines pensaba que iba a ser todo más fácil. Y así es, pero eso no es necesariamente un problema. Código Secreto: Imágenes es más sencillo que su papá y no van a doler tanto las neuronas buscando relaciones ni intentando descifrar las pistas que nos da el capitán, pero también lo hace más accesible a un público que a lo mejor no piensa que quedarse mirando un montón de cartas con palabras muy serios sea el epítome de la diversión. Y como las tarjetitas caben en la caja del original, siempre puedes ir con los dos y decidir en cada momento si preferís la versión más desafiante o la más relajada. Recomendadísimo.
Parade (8/10)
Esconder un diseño mediocre enterrándolo en reglas y minijuegos es muy fácil, pero ser capaz de conseguir un diseño limpio y efectivo reduciéndolo a lo estrictamente necesario no está al alcance de todos. En Parade nos presentan un mazo de cartas numeradas del 0 al 10 en seis palos y una regla: en tu turno pon una carta de tu mano en la fila y, si colocar esa carta hace que te tengas que llevar alguna porque esté más allá del alcance de protección de la que has jugado y sea de igual o menor número, o del mismo palo que ella, la pones frente a ti y te cuenta su valor en puntos negativos.
Sólo con eso ya tienes ingredientes de sobra para pasarte 15 minutos más que entretenidos, pero vamos a ponerle un puntito más: al final de la partida, si eres el que tiene más cartas de un palo esas cartas te pasan a valer sólo un punto negativo cada una. Y ahora ya no vale simplemente con intentar no quedarte cartas, porque inevitablemente vas a acabar llevándote alguna, y entonces a lo mejor quieres tener la mayoría y ya la que era la elección obvia resulta no serlo tanto, y tienes que tener en cuenta qué tienen los demás frente a ellos, no vaya alguno a chafarte el plan. Y por si fuera poco, las cartas son pre-cio-sas. La única pega que le puedo poner es que no venga en una caja del tamaño de la de ¡Toma 6! para poder llevarlo siempre en el bolsillo, pero desde luego ese no es motivo suficiente para no darle a Parade también un señor sello de aprobación. Porque él lo vale.
Barcelona: la Rosa de fuego y Código Secreto: Imágenes proporcionados por Generación-X.
Entre Parede y Arboretum te quedas con Parede? O simplemente no juegan en la misma liga?