Celestia: volando voy

Aaron Weissblum, 2015 – BLAM! (ABBA Games)

Ficha en BoardGameGeek

Qué cuqui es todo.

Qué cuqui es todo.

¿Alguna vez has querido explorar mundos de fantasía equipado con artilugios salidos de la mente de un genial soñador? ¿Visitar las ciudades flotantes más misteriosas a bordo de un barco volador? ¿Sentir la emoción de la aventura y la tensión de lo desconocido? Bueno, pues Celestia no tiene nada de eso, pero de todos modos algo se podrá sacar de él, ¿o no?

Bajo una estética basada en los pósters que tiene en su habitación el típico ñoño que te dice que sus libros favoritos son El Principito y Momo, Celestia nos presenta una reimplementación de uno de los juegos de forzar la suerte más clásicos, Cloud 9. Y como tenían que compensar por el hecho de no tener ya las ilustraciones de John Kovalic han decidido, de paso, añadirle un par de cosillas. Muchas veces en los juegos que triunfan por lo sencillo la opción de meterle más chicha no sale todo lo bien que se desearía pero, por suerte, en este caso el autor ha sido consciente de que más no es siempre mejor y los cambios son mínimos aunque, en su mayoría, bien recibidos.

El mecanismo de juego es de esos que se explican en nada: todo el mundo tiene una mano de cartas, y cada turno a uno de los jugadores le toca hacer de capitán: el capitán tira dos, tres o cuatro dados dependiendo de cuánto se haya avanzado en turnos anteriores y, una vez vistos los resultados de los dados, los demás jugadores deciden si confían en su capitán o si se apean en marcha. Los que se hayan bajado toman la carta de puntuación correspondiente a la etapa del viaje (a más lejos, más puntos) y el capitán tiene que jugar cartas que se correspondan con los símbolos que han salido en los dados. Si lo consigue, avanzan a la siguiente etapa y le tocará hacer de capitán a otro. Si no, se vuelve al principio y quienes estuvieran en el barco se quedan sin puntos esa ronda. Cuando algún jugador llega a 50 puntos o más al final de una ronda, se acaba la partida.

¡Ahí os quedáis, pringaos!

¡Ahí os quedáis, pringaos!

Hay un par de cartas especiales que le dan más vidilla al juego: comodines que cubren cualquier símbolo, cohetes personales para bajarte justo antes de que el barco se estrelle, ganchos para obligar a alguien a bajarse aunque no quiera y cartas para repetir tiradas, tanto para bien como para mal. Estas cartas mantienen la sencillez del juego pero le añaden un puntito más de emoción: ¿el capitán está tan convencido porque tiene las cartas necesarias para pasar el reto, o porque tiene su cohete personal y le da todo igual? ¿Pepita se ha bajado porque es una cobarde o porque va a obligarnos a repetir esa tirada que parece tan fácil de superar? Como veis, nada que marque un antes y un después, pero un punto adicional bastante chulo.

Por si no os ha quedado bastante claro, os lo dejo aquí explícito: Celestia es un juego basado principalmente en la suerte. Tiras dados, robas cartas y todo eso tiene que cuadrar en el momento justo para que funcione. Además, si decides bajarte del barco en marcha, la carta de puntuación que robes puede darte más o menos puntos, lo que a veces deja un poco regulero cuando alguien roba una carta con más del doble del valor del espacio en el que está y es, si me apuráis, mi principal queja respecto al juego, hasta el punto de que en mi copia he “exiliado” las cartas más descompensadas para evitar morros torcidos. Sin embargo, dejando este detallito fácilmente solucionable aparte, todas las partidas que hemos jugado han sido muy muy divertidas, llenas de risas, troleo y momentos de tensión, dándonos otra arma más en nuestro arsenal de juegos ligeros para comenzar o dar fin a una velada jugona.

Hijo de...

Hijo de…

Hay una comparación que tengo que hacer sí o sí, y es que este Celestia me ha recordado mucho en sensaciones a Incan Gold, siendo los dos básicamente un “sigo/me planto”. Sin embargo, en cuanto nos metemos a examinarlos un poquito más de cerca, en seguida salta la enorme diferencia de ritmo que hay entre ambos. En Incan Gold es fácil pasar de todo a nada y viceversa, y avanzar solo cuando sale una carta de valor 15 te puede llevar de estar en último lugar a liderar la partida, con lo que en las últimas rondas se tiende a arriesgar mucho más que en las primeras. La progresión en Celestia, en cambio, es más lineal, ya que cada etapa da sólo unos pocos puntos más que la anterior (especialmente si, como yo, quitas las cartas de puntuación más exageradas), lo que lo hace quizá menos emocionante, pero también menos dado a frustraciones. Si me ponéis una pistola en la cabeza para que escoja entre uno u otro, después de hacerme pis encima y lloriquear de una manera lamentable probablemente escogiera Incan Gold pero, si todos mantenemos las formas y la decencia, cualquiera de los dos es una es una estupenda elección para cualquier ludoteca. En la mía, desde luego, caben ambos.

Te gustará: si quieres dejar de pensar y planear un rato y abandonarte a la emoción de un casino.

Lo odiarás: si la estética pastelosa no combina bien con tu camiseta de Iron Maiden.

 

 

 

 

1 Comment on Celestia: volando voy

  1. Buena reseña, además me ha gustado la comparación con el Incan Gold, juego que sólo conocía de oídas y ahora -debido a los parecidos que expones- investigaré. Con que me guste la mitad que el Celestia será un éxito.
    Saludos!

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