Blood Rage: mar de cuernos

Eric M. Lang, 2015 - Cool Mini or Not (EDGE Entertainment) 2-4 jugadores, 90 minutos

¿Juego de mesa o portada de disco de Manowar?

¿Juego de mesa o portada de disco de Manowar?

Eric M. Lang. Miniaturas. Vikingos. Mayorías. ¿Y esperábais que no acabara apareciendo por aquí? En fin. Que sí, que efectivamente Blood Rage es tan bueno como cuentan, quizá incluso mejor; podría decir que estoy estropeando la sorpresa pero ya nos conocemos y sabíais que me iba a flipar. Ahora lo que voy a hacer es contaros exactamente por qué.

¿Juego de mesa o portada de disco de Manowar?

Empecemos por el tema: cada jugador controla el destino de una tribu de vikingos que, al llegar el Ragnarök, deciden que lo mejor que pueden hacer es morir gloriosamente y combatir mientras el mundo se desmorona a su alrededor esperando que los acepten con los brazos y las espitas abiertas en el Valhalla. Si existe algo que mole más, no me lo digáis, que no creo que mi corazón pudiera resistirlo. No queremos dinero, no queremos poder, ni siquiera queremos honor: queremos darnos de guantás unos a otros y morir de la manera más épica posible, preferiblemente mientras la tierra a nuestros pies estalla en mil pedazos. Blood Rage hace que cualquier otro juego parezca un abstracto en comparación.

En cuanto a componentes, ya sabemos que en Cool Mini or Not son fieles creyentes en el antiguo refrán que reza: si un juego es digno de ser producido, es digno de ser sobreproducido. En otras manos, en otros tiempos tendríamos un juego de colocar nuestros cubitos de madera en una zona u otra del mapa y nos parecería bien, pero no: ¿para qué tener cubitos de madera cuando podemos tener figuras de plasticazo de distintos modelos? ¿Quién quiere una ficha de cartón que ponga “gigante de los hielos” cuando puedes meter una miniatura del tamaño de un puño para cumplir la misma función? Puestos a ponernos pejigueros, quizá podríamos pedir un cartón algo más grueso en los tableros secundarios, pero así y todo la calidad general de los materiales justifica de sobra el precio: el aire en las cajas es algo que les pasa a otros.

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Ya os digo que hablando no van a resolver sus diferencias.

Teniendo todo esto en cuenta, podríamos muy bien esperar uno de esos juegos con millones de dados y reglamentos ultracomplejos llenos de excepciones con los que llenamos cuatro o más horas, pero nada más lejos de la realidad: Blood Rage es un juego que se explica en un pispás y que se juega en otro. Vamos, dos pispases divididos en tres turnos. Empezamos cada turno escogiendo cartas como si estuviéramos jugando a Sushi Go, con la pequeña diferencia de que, en lugar de trozos de pescado y bolitas de arroz sonrientes, nos estamos pasando monstruos de la mitología nórdica, modificadores de combate y misiones de conquista y muerte. Una vez escogidas las cartas, nos vamos turnando jugándolas, poniendo tropas en el tablero y saqueando las regiones en las que nos encontremos para conseguir diversos beneficios (en cuernos, hachas y furia, que son los tres recursos del juego, como no podía ser de otro modo). Y, cuando ya hayamos saqueado y matado todo lo que teníamos que saquear y matar, termina el turno, se mira quién ha conseguido cumplir sus misiones, una de las regiones del tablero es destruída con todo el que estuviera en ella y todos los muertos regresan del Valhalla dispuestos a otra ronda de tollinas.

La gloria (puntos de victoria, para entendernos) en Blood Rage se consigue de varias maneras, y todas de ellas han resultado igual de válidas y efectivas en las distintas partidas que he jugado: puedes ir a combatir con otros jugadores, ganar batallas y sacar puntos por ahí, puedes dedicarte a cumplir misiones sin hacer much ruido, puedes colocar a tus miniaturas para que estén en las regiones que destruya el Ragnarök o puedes incluso dejarte seducir por Loki e intentar hacer que tus tropas mueran según sus designios. Esto, unido a lo sencillo del reglamento, hace que estemos ante un juego de confrontación pura, pero en el que ninguna batalla va a dejarte completamente fuera de la partida; incluso puede que perder te reporte más beneficios que ganar en según qué ocasiones, que los vikingos están muy locos.

Y ahora el gran secreto que nadie está contando: Blood Rage no es un juego americano estándar, de los de atacar a muerte, tirar millones de dados y que un mal ataque te eche de la partida, sino un juego muy elegante en el que, detrás de toda la parafernalia plastiquera, nos encontramos con que, más que machacar a los rivales, lo que prima es qué cartas hayas seleccionado, cómo las juegues y en qué momento hacer cada cosa: ¿te compensa saquear una región simplemente para alejar a un oponente de otra más jugosa? ¿Vas a poner a tu monstruo en el tablero cuanto antes o te arriesgas a que otro jugador desencadene el final del turno para maximizar el efecto de tu jugada? Los puntos de furia (el maná, por así decirlo) que tienes cada turno son limitados, así que nunca vas a poder hacer todo lo que quieres y va a tocar priorizar. Por otro lado, los guerreros van y vienen y las sensaciones no son las mismas que con juegos como Tammany Hall en los que cada cubito que tienes sobre el tablero es vital.

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A la izquierda, lo que hace que el juego mole. A la derecha, lo que hace que funcione.

Todo esto no hace que el juego deje de ser fundamentalmente un juego de conflicto, pero sí hace que ningún jugador tenga la sensación de estar fuera de la partida y que siempre haya un modo de volver a plantar cara, evitando en gran medida esos momentos de ¿Por qué me atacas a mí y no a Rocío que va ganando? que puedan amargarle la partida a alguien y hagan que esa persona no quiera volver a jugar a ese juego de nuevo, con lo latoso que es tener que hacer nuevos amigos para sacar otra vez el Dragon’s Gold sin que nadie diga Yo a eso paso, que luego me bloqueáis los tratos y me dejáis sólo la joya negra, que os conozco, así que todos contentos. Blood Rage es el hijo heavy y calimochero de Catán, igual de sencillo en su planteamiento pero con más pose, cuero negro y cuernos al viento, y a los hijos de los viejos amigos se los quiere como si fueran propios.

Te gustará si: te gustan las minis molonas, el enfrentamiento, adaptar tu estrategia a cada situación y los juegos sencillos de explicar pero con miga.

Lo odiarás si: no puedes pagarlo, nadie te invita a jugar y tienes que ver cómo los demás se divierten sin ti.

Juego proporcionado por Generación-X.

 

8 Comments on Blood Rage: mar de cuernos

  1. ¿Lo has probado a 2 jugadores a ver que tal funciona? Lo pregunto porque este juego lo jugaría casi exclusivamente a 2

  2. A dos se puede jugar y no da la impresión de ser un apaño como en otros juegos pero, por otro lado, los juegos de confrontación y mayorías nunca tienen el mismo sabor con dos jugadores que con más. Yo buscaría un juego exclusivo para dos jugadores o, si acaso, un “uno contra todos” como Descent o Sombras sobre Londres pero, claro, yo soy yo 😉

  3. Hola, me acabo de comprar este blood rage y quería saber si habeís jugado las expansiones y que os parecen. La de místicos no la veo muy llamativa, la de dioses algo más, la del 5 jugador es obvio que sí (esta acabará cayendo). La jugabilidad aumenta con las expansiones? Le aportan bastante? Un saludo

    • Pues no he probado las expansiones y estoy como tú, pensando que con el quinto jugador tengo más que de sobra de momento. Por otro lado, no me importaría ponerle la mano encima a alguno de los monstruos promocionales 😀

  4. Buenas, os comento mis sensaciones respecto a las expansiones. No llevo mucho jugando al Core por lo que es pronto para dar una opinión de si se queda muy corto, aunque de momento las partidas no dan sensación de repetirse. Aun así, opté por pillar la oferta de Edge web, que trae ese quinto jugador (necesario para mi grupo) los dioses de asgard, misticos y una cajita extra del kickstarter con 3 monstruos (repes de la basica pero distintas minis). Respecto a los tokens que vienen en esa cajita no voy a hablar ya que se completa con el clan del jabalí, promo junto al KS, asi que son 4 tokens para dejarlos en caja (de momento). A lo que voy, por ir probando las expasiones, empezamos por meter a los misticos. Y el resultado fue bastante bueno, aunque no definitorio, varía un poco y hacen las partidas diferentes a la hora de invadir, quizás un poco mas estratégicos, por lo que recomiendo introducirla con bastantes partidas, es decir, que para jugarla y disfrutarla necesitas que el grupo lleve rodaje. Respecto a los dioses, para mi cambian el juego completamente y me parece casi que debería venir en el core. Las partidas se tiñen de otro color y los eventos que provocan en las provincias cambian de nuevo el juego completamente. Como os digo, no nos aburrimos del Core para tener que sacar las expansiones directamente, pero es que las expansiones le dan un colorcito al juego que no veas. Yo las veo brutales, las minis de los dioses geniales, los misticos de cada clan son chulísimos y el clan del carnero que es el quinto jugador completa al juego.

  5. Muchas gracias¡ Pues leyendo por ahí estaba decantándome por la de los dioses, porque leí las reglas de místicos y digo bueno, es casi como tener dos líderes, jejeje, pero los dioses si te cambian las reglas de las provincias donde están, y se pueden mover si invades, me mola bastante.
    Y para añadir variedad al core, como no pude participar en el ks, he fabricado yo la carta de fenrir y del gigante pegando la imagen en un trozo de cartón con funda opaca como las demás del mazo y cogiendo miniaturas de monstruos del Descent, ajjaja, lo digo porque el poder del fenrir mola, que es “controlar” el ragnarok. Un saludo

  6. Carlos Pérez Bermúdez // septiembre 8, 2020 en 10:15 pm // Responder

    Gran reseña como siempre je. Estoy dudando entre éste y otros 2 el RISING SUN Y EL HANNIBAL. Siendo mi grupo de juego de 3 y muy competitivos… Cual es mejor para darse caña y disfrutar ja. Gracias

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