BASKETBALL age: que la tire Epi.

Eduardo Crespo, 2016 – Lucky Loser

Ficha en BoardGameGeek

En España, cuando quieres dedicarte a diseñar juegos de mesa, hay dos caminos principales. El primero es dedicar tu tiempo a patearte ferias, convenciones y quedadas para intentar caer bien a la mayor cantidad de gente posible y que te apoyen por compromiso cuando saques el Verkami de ese diseño al que has dedicado cinco minutos entre dos sesiones de famoseo. El camino que siguen los pringados como Edu es tirarse años puliendo un diseño para intentar que el producto hable por sí mismo.

Antes de seguir con la reseña, por cierto, toca avisar: el autor de BASKETBALL age no es ni mucho menos un desconocido para mí, tanto en las mesas de juego (o, al menos, hasta que descubrió Netrunner y lo perdimos para la causa) como en las de los bares, así que ya podéis empezar a preparar los comentarios de que ya está bien, que sólo hablo bien de mis amiguitos y que si luego me quejo de otros cuando yo soy igual o peor. Pero aquí hemos venido a hablar de juegos, no de mí, así que eso es lo que toca:

BASKETBALL age no es un juego de baloncesto: es un partido de baloncesto en forma de cartón. Ya al abrir la caja y encontrarnos con que tenemos que resolver un complicadísimo puzle de nueve piezas para montar el tablero, y más todavía cuando nos vemos obligados a echar mano de nuestro vasto conocimiento sobre manualidades sacado del visionado de las repeticiones nocturnas de Art Attack para fabricarnos el marcador podemos sospechar que no estamos precisamente ante un plug & play de esos en los que plantamos el tablero y vamos leyendo las reglas sobre la marcha. Porque no sé si lo sabíais (yo no, pero es que soy muy ignorante en lo que a deportes se refiere), pero el baloncesto tiene mogollón de reglitas y excepciones, y BASKETBALL age las contempla todas o, al menos, contempla muchas. Los distintos tipos de personales, el tiempo que puedes estar en cada zona de la cancha, los tiempos muertos, los saques… Si está en el baloncesto, está en BASKETBALL age.

Por otro lado, y ahora es cuando me llamáis mal amigo, a mí es que un partido de baloncesto, como concepto, es algo que no me atrae lo más mínimo. Por eso, cuando tengo que parar la partida para mirar en las reglas en qué tabla tengo que tirar cuando me estoy moviendo de una casilla a otra si tengo a un jugador contrario cerca o dar marcha atrás porque me he olvidado de que si paro aquí con el balón en la manos en lugar de botando tengo un +2 a la tirada si me lo intentan robar pero luego tengo que declarar un pase o un tiro, o que esta acción la puedo hacer como base pero no como pivot se me estomaga un poco, que siempre he sido más de Blood Bowl y tirar dados con simbolitos a ver qué pasa. También es verdad que el autor siempre ha sido plenamente consciente de eso y su campaña de publicación lo ha tenido en cuenta al ir más enfocada al público aficionado al baloncesto que quiere ver su afición en forma de juego de mesa que al gordofriki medio al que sólo le interesan los dados de colores y los puntos de victoria.

Mi sensación jugando a BASKETBALL age es la misma que tenía en su momento con las reglas avanzadas de Race! Formula 90: veo el porqué de cada regla y soy consciente de que todas esas tiradas de dados y tablas aportan realismo y ayudan a transportar todos los elementos del evento original (una carrera de F1 en un caso, un partido de baloncesto en otro) al tablero, pero desde el punto de vista de quien está exclusivamente interesado en una experiencia de juego no me aportan realmente nada al no añadir decisiones sino cálculos. Por otro lado, precisamente ese realismo es el que hace que muchos disfruten de Race! Formula 90 y, estoy seguro, es el que hará que los amantes del baloncesto se lo pasen pipa con BASKETBALL age. Yo me quedo con PitchCar, y todos contentos.

Lo amarás: si también amas el baloncesto.

Lo odiarás: si tirar dados y consultar tablas es una tortura para ti.

Juego proporcionado por Generación-X.