Aquí hay temita
Primero, un poco de trasfondo: hace unos días se ha anunciado la próxima campaña en Kickstarter para publicar una versión en inglés del juego Barbarossa, en el que una serie de jovencitas posan para calendarios de taller cutre mientras ayudan al ejército alemán a invadir moscú durante la Segunda Guerra Mundial para vencer al mago malvado Stalin. Sí, ya sé lo que estáis pensando:
Pero bueno, que no pasa nada porque el autor nos asegura que es una Segunda Guerra Mundial de mentira y que todos los dibujos representan a mayores de edad que casualmente tienen cara de niñas de diez años. Y aun así, a mí es un juego cuyo arte me provoca rechazo, igual que me pasó cuando probé Kanzume Goddess, más que por el arte en sí (aunque tampoco es que me vuelva loco), por su gratuidad. ¿Cuál es el motivo por el que, en plena Segunda Guerra Mundial, haya tal despliegue de ropa interior entre sus combatientes? ¿Cuáles son las particularidades del frente ruso que hace que este juego esté ambientado en él?
Es curioso cómo cada uno tiene sus propias reglas para determinar qué puede hacer o no que alguien se sienta cómodo con un juego determinado. ¿Qué es lo que hace que no tenga problemas traficando con esclavos para mandarlos a la arena o a un burdel en Spartacus, que uno de mis juegos favoritos trate sobre los asesinatos de Jack el Destripador o que capturar animales y adiestrarlos para que peleen contra otros en Pokémon me parezca divertido y luego me echen para atrás Los Sims por no gustarme cómo igualan dinero y felicidad? ¿No es, al fin y al cabo, todo ficción y nada más que eso?
Hay gente que no puede disfrutar de un tema si éste va en contra de sus convicciones religiosas o políticas, o incluso por sus experiencias personales. Puedo entender perfectamente que una persona profundamente católica no tenga muchas ganas de jugar a Caos en el Viejo Mundo o que alguien que haya perdido a un familiar en la Guerra Civil Española no le vea la gracia a Popular Front. A mí estos temas que puedo considerar delicados me suelen parecer interesantes, por darme la posibilidad de explorar otros puntos de vista. Sin ser ningún fan de las políticas imperialistas de EEUU ni del comunismo tal y como funcionaba en la URSS, Twilight Struggle me parece un juego muy atractivo precisamente por cómo trata el tema y cómo nos ayuda a entender los motivos y los modos de proceder de ambas facciones.
También me atraen los juegos que me invitan a actuar de una manera de la que no lo haría en mi vida diaria: traicionar a mis aliados en su momento más vulnerable en Diplomacia, conspirar para llevar a cabo un genocidio a gran escala en Battlestar Galactica o especular con el valor de una empresa para saquearla y llevarla a la bancarrota en 1830 se parecen mucho a lo que considero un modo perfecto de pasar una tarde con mis amigos. Incluso el humor más negro y pasado de rosca que surge de una partida a Cards Against Humanity me saca más de una carcajada.
Sin embargo, cuando me encuentro con ejemplos de sexualización u objetificación de personajes de manera gratuita, algo dentro me echa para atrás. El fan service o los momentos de “toma, aquí va un culo porque sí, para que te alegres la vista” me resultan hasta insultantes. ¿Significa eso que enseñar una teta es peor que el asesinato en serie? No, pero quizá sí que pienso que la cosificación de la mujer es peor que hablar del asesinato con ligereza, por el simple hecho de que todo el mundo está de acuerdo en que matar está feo y que lo que se hace en los juegos de matar es ficción, mientras que el machismo sigue siendo un problema real y aún hay gente que sigue viendo normales ciertas visiones sobre la mujer, especialmente en ámbitos mayoritariamente masculinos como es el mundillo friki.
No sé si estoy siendo demasiado susceptible con el tema, y no soy quién desde luego para decirle a nadie qué debe parecerle o no correcto porque, quién sabe, puede que esa persona vea las ilustraciones de niñas pechugonas desde un punto de vista irónico que yo sea incapaz de alcanzar o que sea alguien en cuyo entorno el machismo esté tan superado como otras cuestiones que a mí me parecen obvias y a otra gente quizá no tanto. No pretendo pontificar ni denunciar nada, pero me apetecía comentar esta cuestión con vosotros.
Y, para terminar, unos cuantos culos porque sí, para que os alegréis la vista:
Me pasa algo parecido a lo que comentas. No me molesta fingir que eres un asesino, o fingir que juegas a la guerra entre razas míticas, pero luego me pones los dibujos del Barbarossa y te digo: en serio? Estas son las ilustraciones originales? Me gusta el anime y cuando ves algunos empiezas a ver cómo van las cabezas por allí, pero aún así… no me mola mucho. Y lo peor es que no lo compraré nunca porque no me atrevería a sacarlo a mesa.
Hola! siempre he pensado que las personas que no tienen una madurez suficiente como para separar la ficción de la realidad, que su sentido del humor no esta desarrollado o que prefiere decapitar y destripar enemigos que ver un par de tetas, no debería ver ficción. A mi la falsa mojigateria Yanki de, no tiene nada de malo ver un niño mutilado por una bomba pero una chica rubia enseñando el culo es un pecado ultra mortal, me resulta cansino. Pero lo mas importante para mi, es el hecho de que haya personas que piensen que la gran mayoría del publico sea tan inútil psicologicamente como para no ver la ironía en el fanservice, y que piensen que hay que salvar a la gente del terrible pecado del desnudo el erotismo y la insinuación sexual. La gente puede elegir y salvarse sólita.
Creo que más que por un tema u otro, al menos en mi caso, es por cercanía. Temas como la guerra, la mafia o la violencia “de tebeo” los veo tan lejanos que me resulta más fácil abstraerme y tratarlos de manera liviana. Por otro lado, al haber sido testigo más de cerca de casos de violencia (física, emocional y social) machista o, por poner otro ejemplo distinto, de terrorismo (vivía al lado de la estación de El Pozo durante la época de los atentados del 11-M y no es un recuerdo precisamente agradable), me cuesta más disfrutar de un juego en el que aparezcan de manera prominente.
Por supuesto, esto es una cuestión personal y lo que a mí me incomoda puede resultar hasta divertido para otra persona y viceversa, y no creo que sea una cuestión de mojigatería por una parte ni de falta de escrúpulos por la otra.
Pues entonces podrias aplicarte el cuento y no faltar el respeto de la forma que lo has hecho a los que no pensemos como tú 😉
Sinceramente, creo que no lo he hecho en ningún momento, pero no me duelen prendas en disculparme si ha sido así.
Un artículo interesante y que trata un tema polémico del que quizá no se hable lo suficiente. Creo que coincidimos en la mayoría de aspectos importantes que mencionas.
Me sorprenden algunos comentarios de otros usuarios que han comentado el artículo. Alguno debería leer las cosas dos veces (y asegurarse de haberlas entendido) antes de hablar.
Un saludo compañero!!!
Me quedo con el mensaje de la cosificación de la mujer. Y esto creo que en parte se ve además en los hilos que hay de “juego para jugar con mi mujer”, que potencian aun más esa desigualdad aún presente hoy día y que la promocionan entre muchos de este mundillo