Adventure time: Aventuras en el mundo de Ooo: cojo el bacon y lo frío un poquito.

Juan Serrano y Buster Lehn, 2015 - ABBA Games 1 a 5  jugadores, 60 minutos aprox. (dependiendo del escenario).

Jake el perro y Finn el humano; títulos épicos donde los haya.

Jake el perro y Finn el humano; títulos épicos donde los haya.

Este párrafo es el último que he escrito, porque no llegaba a un modo que me dejara tranquilo de describir qué es Hora de Aventuras. Dejémoslo en que es una serie de dibujos en la que un niño y un perro viven aventuras y en la que pasan cosas muy raras, con un montón de referencias frikis (especialmente a las primeras versiones de Dungeons & Dragons) y que, a quienes le pillan el punto, les parece una de las mejores cosas que le han pasado a la televisión desde que a Matt Groening le diera por dibujar a un señor gordo y pintarlo de amarillo. Y este es el juego de mesa.

Lo que vas a encontrar cuando abras la caja es un gigazillón de cartas, que además están divididas en varios tipos y, por si fuera poco, con cartas específicas para cada escenario (esto de los escenarios tiene miga, ya veréis). Si le habéis echado un ojo al juego de cartas de Pathfinder sabréis de qué estoy hablando, con una pequeña excepción: aquí no hay un inserto pensado para que todo esté en orden y puedas encontrar lo que necesitas en cada momento, sino cuatro huecos pata meter las cartas a cholón y allá te apañes. Las cartas son un poquito de chichinabo y se doblan con soplar un poco fuerte, pero al menos son claras de leer y tanto las ilustraciones como el diseño se adaptan perfectamente al espíritu de la serie.

¿Y el juego de qué va? Pues depende. Otra vez igual que con Pathfinder, estamos ante un juego basado en escenarios, así que lo que vas a hacer es decidir qué escenario vas a jugar, consultar cómo se disponen las cartas sobre el tablero y qué hay que hacer para ganar y, un par de horas después cuando hayas separado todos los montoncitos de cartas y consultado las referencias cruzadas para ver cuáles son las diferencias entre las reglas básicas del juego y las específicas de ese escenario, si alguno de tus amigos aún no se ha ido a casa ni se ha quedado dormido, podéis jugar. Si no, siempre puedes echar mano de las reglas de juego en solitario, que no es cosa de volver a guardarlo todo otra vez.

El dado de Jack no se hace responsable de los daños causados a las retinas de quienes se queden mirando esta foto mucho tiempo.

El dado de Jack no se hace responsable de los daños causados a las retinas de quienes se queden mirando esta foto mucho tiempo.

Una vez has descifrado los múltiples detallitos que hacen especial a ese escenario, toca jugar. Y entonces te das cuenta de que esto lo has visto antes: robas cartas, mueves tu fichita de personaje (qué oportunidad desperdiciada para plantar unas figuritas de plástico molonas), llegas a sitios especiales y haces lo que pone la carta de ese sitio. Muchas veces lo que tienes que hacer es pelear, y en ese caso lo que ocurre es que se ponen dos montones a los que cada jugador va añadiendo cartas según a quién quiera ayudar, como ocurre en Munchkin aunque con el puntillo de que las cartas se ponen boca abajo y se revelan todas al final. Un detalle curioso es que se comparan ambos valores de ataque con ambos valores de defensa, con lo que tienes el punto de decisión adicional de qué puntuación potenciar más, dependiendo de si te conviene vencer al enemigo a toda costa o simplemente resolver el combate. O lo tendrías si al final la decisión no dependiera únicamente de qué cartas tienes en la mano en ese momento.

Aventuras en el mundo de Ooo no va a pasar a la historia como el mejor juego jamás diseñado: es aleatorio y descompensado hasta decir basta, demasiado farragoso en varios aspectos, sobre todo a la hora de colocarlo y recogerlo, para la chicha que tiene, y las misiones no tienen el suficiente misterio como para que compense repetir un escenario muchas veces, con lo que ya puedes cruzar los dedos para que ABBA Games saque cantidad de expansiones si vas a jugarlo muy de seguido. Pero, por otro lado, cumple a la perfección lo que pretende: capturar el espíritu de la serie y darles a sus fans una oportunidad de vivir en grupo y frente a un tablero las aventuras de sus personajes favoritos.

Sí, las dos cartas están en el mismo mazo y puedes robar una u otra. Porque fuck balance.

Sí, las dos cartas están en el mismo mazo y puedes robar una u otra. Porque fuck balance.

Dentro del mundo de los juegos basados en una franquicia, no llega al nivel de Galactica ni al de Spartacus, que son grandes juegos por sí mismos y podrían defenderse bastante bien si tuvieran que tener un tema más genérico, pero tampoco es un Monopoly con las casillas cambiadas, que es lo que suele pasar con estas licencias tan golosas. E, igual que pasaba con The Witcher, es un regalo estupendo para un fanático de la serie al que quieras enganchar a los juegos de mesa. Ya tendrán tiempo de preocuparse de estrategias y equilibrio más adelante.

Te gustará si: eres un fanático total de Finn y Jake.

Lo odiarás si: no quieres pasar más tiempo colocando cartas y leyendo reglas especiales que jugando.

Juego proporcionado por Generación-X.

 

 

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