Semana jugona: 13 al 19 de julio de 2015

La semana pasada sufrí un ataque en este mismo blog del que aún me estoy reponiendo: ¡se me llamó eurogamer! ¡A mí! Hay quienes no tienen sentimientos ni los han conocido, que lo único que les importa es tocar nuestras almas con sus fríos dedos de muerto en vida y sentir cómo la vida se nos escapa por la herida. En fin, habrá que sobreponerse y compensar.

El lunes empezó con otra versión del «una de cal y una de arena», con un Six Tribes (que mi hermana quería probar la expansión) y luego un SuperRino, que es mucho más divertido de jugar cuando tienes todas las ventanas abiertas y el ventilador del techo dándole a toda pastilla. Sigo manteniendo mi opinión sobre la expansión de Five Tribes: no cambia nada fundamental, pero ofrece más a quien sea eso lo que quiere. Y de vez en cuando te apetece que la partida dure media horita más, que es lo que tienen los juegazos.

El martes, día de la quedada de Gen-X Puebla, hubo órdago en forma de Specter Ops, del que hubo doblete con distintas personas. Estad atentos a este juego, que lo va a petar: movimiento oculto, poderes especiales, juego por equipos y un sistema de juego muy intuitivo y ágil digno de los mejores videojuegos de sigilo. Brutales esos contrastes entre los momentos en los que los cazadores van pensando ¿dónde demonios se ha metido éste? y los turnos en los que, por un instante, el agente sale a la luz, hay un fugaz tiroteo y vuelta a las sombras. Se completó el día con rondas de chorris como Taluva, un abstracto de colocación de losetas bastante apañado; Abluxxen, que sigue compitiendo con Red7 por el premio a juego de cartas del año; y Colt Express, por celebrar su victoria en los Spiel des Jahres, aunque todo lo que no fuera darle el premio al insulsérrimo The Game ya me valía a mí.

También aproveché el martes para darle un poco a Dice Masters, que no tengo mucha oportunidad de jugar a juegos de dos jugadores y confrontación directa y andaba el pobre un poco abandonado; confirmé mis sospechas de que hacerme el equipo basado en lo que me gusten los dibujitos de las cartas tal vez no sea el mejor de los métodos, pero me lo pasé pipa igualmente.

El miércoles tocó estreno, esta vez de XCOM. Yo estaba un tanto nervioso porque el videojuego en el que se basa me robó horas y horas de sueño allá por los 90, y el público no era especialmente receptivo al concepto de juego temático cooperativo. Para rematar la faena, el tutorial que plantea la aplicación que dirige esta versión de tablero hace su mejor trabajo a la hora de crear una experiencia pésima pero, una vez superado ese enorme escollo, los tres turnos que tardamos en provocar la extinción de la raza humana fueron bastante ágiles y divertidos. Ya os hablaré más tranquilamente de él, pero de momento quedaos con la copla de que mejor leerse ese tutorial antes de jugar y explicarlo del modo tradicional si queréis evitar una horita de sopor antes de poder empezar a jugar como está mandado.

Otro retorno que ya tocaba fue el de Smash Up, al que desde luego no jugamos lo suficiente en proporción a lo que nos gusta, aunque sea sólo por ver las combinaciones que salen: una primera partida de princesas cambiaformas contra gatos de Miskatonic seguida de otra en la que los frikis científicos locos consiguieron a duras penas imponerse a los ponis vampiros. En muy poquito sale la expansión/juego base que trae como facciones las clases y razas de Munchkin, y ya estoy imaginándome esos hobbits espías secretos o esos robots bardos. Que encima el juego esté muy bien pensado y combine caos, planificación y mayorías es ya un detalle 🙂

Ha habido mucho más esta semana, incluyendo retornos a Thunder Alley, partidas a Concordia en las que por fin aplicamos bien todas las reglas, o la presentación de Arcanya, el nuevo jueguecillo de cartas de Holocubierta para el último tercio del año, pero creo que ya os he puesto los dientes lo suficientemente largos. Vivimos en una época en la que estamos rodeados de juegazos por todas partes y, aunque no pueda uno jugarlos todos, al menos no es nada complicado que el huequito que consigamos reservar a un tablero y fichas rodeados de amigos nos dé a cambio un rato fantástico.

Como siempre, os invito a contarme en los comentarios a qué habéis jugado, qué cositas nuevas habéis probado y, por qué no, si os habéis encontrado alguna castaña terrible contra la que queráis prevenir a la población mundial. ¡Nos leemos!