Preseña: Cariño, he encogido a los dados

Israel Cendrero y Sheila Santos, 2014

¿Quién dijo miedo?

¿Quién dijo miedo?

Esto de reseñar (o preseñar) juegos que aún no han salido al mercado es muy delicado, ya que siempre puede haber cosas que cambien o que directamente se dé el caso de que el juego en cuestión nunca vea la luz. Por eso cuando Israel me preguntó si, aprovechando las jornadas Ludo Ergo Sum que se celebran a finales de Septiembre en Alcorcón, podía acercarme a probar este Cariño, he encogido a los dados acepté un poco con la boquita pequeña. ¿Y si no me gusta? ¿Y si es un boceto a medias hecho con mucha ilusión? Pero al final del día uno es un profesional (¡juas!) y se debe a su público, así que allí me presenté, armado con mi mejor sonrisa. Ahora es el momento de la Verdad.

El concepto del juego es un poco difuso y la historia de fondo no se acaba de pillar, pero la cosa básica es que hay un rayo reductor un poco tocado, dos científicos peleándose por su control y unos dados que encoger, agrandar o hacer desaparecer para impresionar al jurado de un concurso de inventos. Y al final hay puntos de victoria, así que todos contentos.

Los jugadores van alternándose tomando turnos, y en cada uno de ellos se pueden realizar varias acciones, pero (y aquí es donde está la gracia y lo que hace que el juego no sea otra versión del «tachar palitos» que jugábamos en el cole) una de esas acciones es obligatoria y determinada al al azar con lo que, más que planear tus acciones a largo plazo, la cosa va de ver qué puedes hacer en ese turno de manera que te favorezca lo más posible y, ya de paso, fastidiar un poco al rival. Las acciones a tomar son mover el rayo hacia un lado u otro, cambiar la altura o el modo (de «encoger» a «agrandar» y viceversa) del rayo, enfriarlo para que funcione mejor o, al menos, no se sobrecaliente y cambiar tus dados de sitio para ponerlos o apartarlos del radio de acción del cacharro infernal que estáis manejando a cuatro manos.

Dice el autor que es obligatorio hacer ruiditos cuando disparas el rayo, pero no sé si creerle.

Dice el autor que es obligatorio hacer ruiditos cuando disparas el rayo, pero no sé si creerle.

Un punto especialmente interesante del juego es el factor de cálculo de riesgos: los dados más pequeños van a puntuar más al final de la partida, pero si encoges demasiado un dado puede que tu oponente aproveche y directamente lo haga desaparecer, dejándote con las ganas y llevándose un puntazo él mismo durante el proceso. Eso le da un puntito de emoción al asunto en un juego que, no nos engañemos, tampoco es un Twilight Struggle, pero es que tampoco pretende serlo. Tenemos, en lugar de eso, un entretén bastante curiosón con el que, en 15-20 minutos (lo que tarda el rayo en gastar toda su energía o el mazo de acciones obligatorias en dar dos vueltas), podéis decidir si ir al cine o al bar o a quién le toca hacer la colada esta vez.

¿Verá la luz algún día Cariño, he encogido a los dados en una versión comercial? Quién sabe (peores cosas se ha publicado, desde luego), aunque lo que es seguro es que no en su forma, o al menos en su tema actual, a menos que Disney decida relajar mucho su criterio y condiciones a la hora de conceder licencias. Mientras tanto, y antes de que los abogados de la rata el carismático ratoncito feliz decidan hacer sangre, podéis descargar los archivos para montaros vuestro propio rayo reductor aquí. ¡Y cuidado dónde apuntáis ese trasto!

Lo mejor: la acción obligatoria que hace que tengas que adaptarte cada turno y no puedas limitarte a seguir un plan.

Lo peor: en su forma actual es impublicable por cuestión de derechos, y veo difícil poder adaptarlo a otro tema sin que pierda esencia.

 

6 Comments on Preseña: Cariño, he encogido a los dados

  1. Shei Santos (@io_shei) // septiembre 30, 2014 en 11:38 am // Responder

    Pues una vez más gracias no sólo por sentarte a jugar y darnos tus impresiones si no por esta prereseña. Ojalá y algún día vea la luz como juego editado, nosotros no vamos a cesar de intentarlo. Respecto al tema no creemos que hubiera tanto problema, y en el caso de que lo hubiera seguro que se nos ocurriría alguna manera de implementar la mecánica con otro tema (más comercial, más facilón o menos confictivo).

  2. Hombre, tanto como impublicable…Científicos locos siempre ha habido y habrá. Pero vamos, que será por temas: magos haitianos que hacen vudú para reducir cabezas, un microscopio que necesita más o menos aumentos para ver el detalle de las bacterias (dados) hasta el doctor Frankenstein con su rayo podría valer.

  3. Lo mismo que dice Shei, que muchísimas gracias por colgar esta preseña motu proprio y muchas más por atreverte a echar una partida.

    Tal y como nos contaron Fernando y Judith de 10 negritos, el tema de su juego, es que si se hubiera llamado 11 negritos o , por ejemplo 10 daditos (y no apareciera el nombre de Ágatha Christie) no hubieran tenido ningún problema, pero al llamarse 100% igual que la novela, ahí es donde entran los problemas de derechos. Llamándose «Cariño, he encogido a los dados» en vez de a los niños no debería haber ningún problema de derechos, licencias o esas historias raras.

    Y añadir por aquí que estaremos en Córdoba y en JESTA dándo cariño a todo aquel que lo quiera 😀

  4. De gracias nada: ¡venga ese jamón! 😀

    En cuanto al tema, tampoco me toméis como palabra inscrita en piedra, que no soy abogado y no entiendo mucho de estas cosas. Espero en cualquier caso que haya suerte y alguna editorial decida aventurarse, con ese u otro nombre 😉

  5. Buen juego, cortito y con más posibilidades de las que a priori pudiesen parecer. Yo no creo que vayan a tener problemas para editarlo y si los hubiese, con un pequeño cambio de tema como se ha comentado (el de las cabezas reducidas me ha matao) entraría sin problemas.

    En otro orden de cosas ¿Cuántos jamones para una reseña de proto tipo «este juego es el próximo Twilight Struggle»? Es para un amigo XD

  6. No creo que haya problemas de licencias en este caso, tratándose solo del nombre, que ni siquiera es idéntico al original, y encima hablando de un juego de mesa (que nos pongamos como nos pongamos mueve tan poco dinero que Mickey ni lo huele).

    Lo que sí puede dar más problemas es el número de dados de diferentes tipos que necesita para editarse tal cual está… puede salir un coste/copia demasiado alto para el perfil de juego. Pero bueno, eso son ajustes.

    Tengo pendiente echar una partida porque la última debió ser hace 5-6 meses y han cambiado y mejorado muchas cosas, por lo que he leído. En su momento ya resultaba simpático, y las reseñas e impresiones que voy viendo lo ponen estupendamente. Mis expectativas están altas ahora… 😛

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