Reseña: Race! Formula 90

Alessandro Lala, 2013 - Gotha Games

¡Brum, bruuuum!

¡Brum, bruuuum!

Qué malo es eso que llaman hype. Oyes un nombre por aquí, lees una reseña por allá, ves una partida por encima y, cuando te quieres dar cuenta, ya has hecho el pedido y esperando con ilusión un juego sin haberlo tocado siquiera. Bueno, pensé, al menos me ha salido barato y, si no me gusta, siempre lo podré colocar por ahí. Lo malo es que sí me ha gustado, y a ver ahora qué hago.

Race! Formula 90 es un juego, por decirlo así, de la vieja escuela, de los que pretenden reflejar una situación concreta y se plantean esa simulación como meta principal: les da igual que el juego sea elegante o no, el aspecto que tenga o incluso que sea divertido, con tal de llegar a lo que considere el diseñador que es una simulación satisfactoria. Por suerte, aquí ha dado la casualidad de que el juego, además, es divertido. O casi. Me explico:

El planteamiento es sencillo: tienes un coche y quieres llegar primero. En tu turno lo que vas a hacer es, básicamente, robar una carta y jugar una o dos, moviendo los espacios indicados en ellas. Si empiezas en un punto concreto y juegas una carta del color adecuado, moverás más, y si por el camino te encuentras con otros coches podrás intentar adelantarlos o no dependiendo de la casilla en la que estéis: en las rectas adelantas sin problemas, en las curvas te paras y peleas por la posición al principio del siguiente turno y en las casillas de frenado puedes intentar hacer truquis con el riesgo de salirte de la pista.

La cosa se complica cuando cada carta tiene un coste en neumáticos, daños al coche o necesidad de hacer pruebas de conducción, cuando decides en qué momento merece la pena hacer una parada en boxes, al pensar si te merece la pena avanzar menos en un turno para empezar el siguiente en una casilla bonificada, cuando adelantar o doblar a un coche depende de las posiciones de ambos coches y de su clasificación, cuando tienes además que competir contra coches-robot que estorban mucho más de lo que parece… Y todo esto en el juego básico.

Si incluyeran un calvo con auriculares en la caja, ya tendríamos el juego de F1 prefecto.

Si incluyeran un calvo con auriculares en la caja, ya tendríamos el juego de F1 prefecto.

Aquí me voy a parar un momento para decir que el juego básico es excelente, y el motivo por el que me voy a quedar con el juego. Race! Formula 90 así es un juego que ofrece muchas posibilidades de decisión, en el que la interacción entre jugadores a la hora de ocupar curvas, bloquear avances y luchar por posiciones es clara y directa y que ofrece en un par de horas una experiencia muy completa que me recuerda a juegos como Circus Maximus o Car Wars. El azar de los dados se sustituye por el de las cartas y una mano especialmente buena o mala puede doler tanto como sacar dos unos seguidos, pero en general premia el seguir una estrategia a largo plazo y saber planear tus jugadas con antelación. Si te gustan los juegos de carreras y no tienes miedo a reglamentos complejos, Race! Formula 90 es una gran opción.

Pero no todo va a ser bonito: Race! Formula 90 tiene un problema de denominación, al llamar a las reglas estándar «básicas» y a las opcionales «avanzadas», lo que da la sensación de que esas reglas te dan un juego más completo y mejor, dejando las básicas únicamente para aprender a jugar si eres un novato, pero que un jugón de verdad tiene que meterlo todo a capón. Craso error.

Una palabra que utilizo mucho cuando hablo de juegos es decisiones, porque son lo que hace que un juego sea más o menos interesante. Yendo a lo básico, la cantidad de decisiones es lo que hace, por ejemplo, que el Parchís sea mejor juego que la Oca, al tener en aquel la posibilidad de elegir con qué ficha avanzas en lugar de ir siempre con el mismo peón. El problema que tienen las reglas avanzadas de Race! Formula 90 es que, si bien aumentan la complejidad del juego, este aumento en complejidad no se corresponde con un aumento en la cantidad de decisiones a tomar, y eso duele en el resultado final. Si la diferencia entre salirme de la pista en el juego básico y en el avanzado es que en el básico recibo una penalización automática y sigo mientras que en el avanzado tengo que hacer varias pruebas adicionales (el equivalente a una tirada de dados) y la penalización depende de cuántas pruebas y en qué parte del circuito falle, estoy ganando en realismo e inmersión, pero también estoy tardando el triple en hacer algo sin añadirle un ápice de profundidad. Lo mismo ocurre con las reglas de sucesos en carrera, de clima, de habilidades de pilotos, de cartas especiales para cada circuito… Si añades todas esas reglas y excepciones a tus partidas tendrás un juego en el que podrás encontrar detalles con mucho sabor temático, pero a costa de convertir un juego de dos horas en uno de cuatro. Y, cuando tus decisiones siguen siendo las mismas (parar o no en boxes y qué carta jugar), añadirle dos horas a la duración porque sí puede acabar haciéndote aborrecer el juego.

Todo esto es lo que le sobra.

Todo esto es lo que le sobra.

Por suerte, la solución a este problema es sencilla: cómprate Race! Formula 90 (en serio, cómpratelo: es un juego muy bueno) y lee las reglas hasta donde pone «Advanced Rules». Para de leer ahí y juega. Alterna modelos de coche, estrategias y circuitos y cuando, mucho tiempo después, veas que el juego ya no tiene secretos para ti, entonces y sólo entonces lee el resto de opciones y ve aplicando, poco a poco, las que te vayan pareciendo interesantes, decidiendo luego si quieres volver a usar esa opción o la apartas, hasta que encuentres la combinación que te haga sentir más cómodo. Recuerda: en tu mesa mandas tú, y que algo esté ahí no quiere decir que tengas que incluirlo en tus partidas.

Lo mejor: un juego de carreras con mucha profundidad estratégica y que deja muy buen sabor de boca.

Lo peor: las reglas opcionales entorpecen el juego y lo alargan sin añadir profundidad.

 

 

2 Comments on Reseña: Race! Formula 90

  1. Miguel - roanoke // julio 25, 2014 en 5:35 pm // Responder

    Yo también he sido de los que he picado por “aquella reseña, esa tutorial, esta partida en GenX…..”; aunque si he de decir la verdad, ya había comprometido mi palabra y mi dinero con tan sólo leer la reseña.
    Me sorprendes una vez más, Betote, con el comentario de”leer las reglas sólo hasta el modo avanzado” je je je. Ahí me encontraba yo presto a preparar mi primera partida con todo el completo de posibilidades que ofrece el juego, cuando te he leído. Vale, me he dicho, y ¿ahora qué hago? ¿¿no recomiendan casi siempre para éste y cualquier otro juego, empezar con el modo básico o standar y luego ir al avanzado?. Son muchas las ocasiones en que juegos que ofrecen las 2 posibilidades nos parecen un fastidio, porque queremos correr antes que empezar a andar, o sea, ir directo al modo más complejo porque entendemos que es ahí donde vamos a experimentar el paraiso prometido por cada juego. En cualquier caso, voy a tener presente tu recomendación y dependerá del resto de los “Fernando Alonso” que se encuentren en mi mesa para jugar a una u otra forma. ¿será cierto eso de que “lo bueno, si breve, 2 veces bueno”?

  2. Todo depende, por supuesto, de quiénes os vayáis a sentar a esa mesa. Si sois gente ansiosa por experimentar todo lo que tiene una carrera de F1 y no os importa lidiar con reglas complicadas y excepciones ni tardar lo que haya que tardar, a lo mejor las reglas avanzadas os agradan.

    Si lo que buscáis es simplemente un juego de carreras emocionante y con una fuerte carga estratégica, en ese caso lo mejor es usar las básicas, quizá metiendo si acaso algún elemento suelto de las avanzadas que os apetezca o llame la atención.

Responder a BetoteCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde El dado de Jack

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo