El videoblog de Jack 3/11/14 – We didn’t start the fire

6 Comments on El videoblog de Jack 3/11/14 – We didn’t start the fire

  1. Queremos mas momentos #BetoteOnFire! Métele efectos especiales hombre! Muy acertado lo de ofrecer toda la información posible y el no hacerlo por miedo a perder ventas. Algo totalmente aplicable a la piratería. Si alguien prefiere quedarse con una copia de peor calidad que el original es porque esa persona no iba a comprártelo…

  2. No estoy de acuerdo. No todos los juegos tienen porque ser pepinazos. Supongo que uno se inclina por el crowfunding porque o bien quiere todo el control o bien no tiene oportunidad por los canales habituales, pero el objetivo no tiene que ser petarlo, sino publicarlo. También puede que simplemente haya editoriales que no están dispuestas a apostar por cosas que se aparten de su línea editorial.

    • Motivos hay muchos, desde luego. Pero muchas veces la ilusión puede más que la experiencia. No digo «si no te quieren publicar, es que tu juego es malo», sino «si no te quieren publicar, es por algo», y es buena idea plantearse qué es ese algo.

  3. En desacuerdo completamente con la primera parte del vídeo.
    Hay juegos muy buenos con muy poca salida en el mercado. Y no son peores porque haya poca gente dispuesta a comprarlos. Juegos solitarios, por ejemplo, tienen un mercado muy pequeño. También los microjuegos son ignorados por las editoriales, básicamente porque o se sobreproducen o son considerados como carísimos por el consumidor o su PVP tiene que ser muy bajo dejando unos beneficios que no merecen la pena.
    Todos estos juegos sí tienen mercado en el crowdfunding, porque llegan directamente al sector de la comunidad interesado en ellos y gracias a la omisión de intermediarios los márgenes pueden llegar a ser decentes para la editorial. En la gran mayoría de los casos no serán pelotazos, claro. Pero un microjuego puede necesitar 2.000€ para fundarse, no más, y si obtiene 3.000 ya será un exitazo tanto para su creador como para su editorial.
    Por otro lado, no hay que caer en el simplismo. El crowdfunding ha sido durante un tiempo un generador de hype masivo, y ese valor no lo aportaban ni de coña las ediciones clásicas. A día de hoy, sigue siendo un gran expositor si tu producto se diferencia en algo clave y eres capaz de venderlo bien. Una editorial consciente puede generar a través de un crowdfunding toda una comunidad en torno al juego que son consumidores potenciales de sus siguientes productos. Va más allá del dinero, los márgenes y la recaudación.
    En resumen, que pensar que el crowdfunding es la salida a los juegos que muchas editoriales ya han rechazado es demasiado simplista. La inmensa mayoría no cuadran en las líneas editoriales de las empresas que han consultado, o quieren salvaguardar la integridad de su diseño sin intervenciones externas, o buscan ese margen de beneficios mucho más alto que el que les ofrece la editorial, o tienen dotes de venta y quieren exprimirlas e intentar convertir su juego en un exitazo social.
    Por supuesto, todo esto no implica que el juego vaya a ser bueno, ni mucho menos. Pero decir que la mayoría de productos de crowdfunding vienen rebotados de rechazos editoriales es mucho decir… con no mucha base.

    • Desde luego que decir que el mecenazgo es la salida de los productos mediocres y punto sería simplista y absurdo. Por esa razón no es eso lo que he dicho en absoluto 😉

  4. Dicho ese tocho, también estoy de acuerdo con que la ilusión puede más que la experiencia, y en muchos casos que la razón y que el sentido común. Solo tienes que pasarte por un foro dedicado al crowdfunding para ver cómo todos los autores que aparecen por allí lo hacen decididos a publicar por esta vía… su primer diseño. Yo no quiero ni recordar dónde está mi primer diseño, y si algún día lo retomo por nostalgia supongo que tendré que cambiarle todo solamente para conseguir que sea jugable.
    Hay mucho creador buscando autoeditarse sin saber ni tan siquiera crear. Y muchos de los que saben, se tiran a la piscina sin entender bien los márgenes, los presupuestos, los envíos… por lo que sus productos llegan tarde y/o mal sin necesidad. Como es lógico, ahí existe una falta de filtro de la que hemos hablado ya alguna vez. Y si bien se ven muchos creadores capaces y muchos productos dignos, también se ven cosas sin sentido.
    Pero creo que todo el mundo merece la oportunidad de estrellarse por si mismo. Es decisión de los consumidores el saber distinguir el producto bueno del mediocre que se vende bien. Doy por hecho que el mediocre a secas es fácilmente distinguible.

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