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El Club de los Martes: un cuento muy viejo.

Autor pseudoanónimo, 2007 – Nosolorol (edición de 2016).

Ficha en BoardGameGeek

El signo de interrogación es por «¿qué hacemos perdiendo el tiempo con esto habiendo juegos de verdad?»

Allá por 1998 salió al mercado Las extraordinarias aventuras de Barón Munchausen, un juego narrativo bastante loco en el que los jugadores se chuleaban de sus supuestas aventuras mientras los demás intentaban fastidiarles (o mejorarles) la historia a base de añadir dificultades. Mucho antes de eso, teníamos el juego clásico de las historias de misterio y las preguntas de sí o no, que tienen su versión comercial en Black Stories. Y como la originalidad es algo que les pasa a otros, un señor que prefiere no ser nombrado decidió mezclar ambas experiencias con este El Club de los Martes, reeditado hace bien poquito por Nosolorol en una caja bastante chula que promete misterio e inmersión temática a raudales, en un juego que se subtitula a sí mismo «El gran juego narrativo de investigación». ¿Cumplirá con esas promesas?

La caja contiene bastante material, aunque en realidad lo único que no está ahí de adorno son las últimas páginas de cada uno de los dos libretos, a no ser que estés realmente interesado por las opiniones y gustos de un autor que, para no querer que salga su nombre en la portada, luego curiosamente se pasa gran parte del reglamento hablando de sí mismo, hasta puntos realmente desesperantes como el hecho de que el «libro de reglas» no empiece a hablar de cómo se juega hasta la página 39. Por si no tenéis paciencia o Twitter os ha arruinado la capacidad de atención, os cuento:

Un jugador se inventa un misterio y cuenta el principio. Los demás tienen que resolver ese misterio haciendo preguntas que se puedan responder con un o un no. Una vez todos los jugadores han hecho preguntas, pueden pedir pistas más concretas basadas en una de las seis características que han escogido al principio de la partida. Tienen 15 intentos por jugador para llegar a la conclusión. Fin. También hay un mecanismo para interrumpir a otro jugador cuando está preguntando, porque Las extraordinarias aventuras del Barón Munchausen tenía uno y había que meterlo aquí también aunque no tenga ningún sentido, pero vaya.

Así que sí, una vez hecho lo imposible por descifrar dos libros escritos de la peor manera posible, lo que tenemos es un Black Stories con ínfulas, con cinco veces menos historias y al triple de precio. Lo cual tampoco estaría mal del todo… Si al menos las historias fueran interesantes de resolver, pero es que ni eso: en Black Stories la gracia estaba en ejercitar el pensamiento lateral, en preguntarte por qué el señor que pide un vaso de agua y se ve apuntado con una pistola da las gracias, o qué sentido tiene que ese señor muerto en pelotas en mitad del campo tuviera una pajita en la mano. Aquí el planteamiento que te ofrecen las historias es lo que vas a encontrar al principio de un capítulo de CSI y acaba cuando Horatio se pone las gafas y hace el comentario ingenioso, y desde ahí cruza los dedos porque tus preguntas de sí y no hagan sonar la flauta.

Al menos los apartados gráfico y de producción son excelentes.

Por otro lado, a lo mejor es que la cosa está en que sea un juego narrativo y lo suyo es que te metes en el papel y la historia, ¿no? Pues tampoco. Los consejos para hacer que los jugadores se metan en el papel que ofrece el juego son «enfádate con tus amigos y regáñales si no actúan como si estuvieran en el Londres Victoriano» y, llamadme loco si queréis, pero a mí un juego que me pide que regañe a los que no actúan como el juego quiere como único mecanismo de inmersión no me parece que sea la repanocha precisamente.

Este juego estuvo en su momento, parece ser, disponible para descarga gratuita durante varios años. A ese precio me parece un poco caro, pero tampoco vamos a pedir al embozado autor que nos pague por leernos esta colección de ensayos sobre sus filias, sus fobias y sus series de televisión favoritas por mucho que en ocasiones la experiencia sea tan penosa que sintamos que merecemos algún tipo de compensación por haber superado tal ordalía. Pero como producto, está a años luz tanto de la relación entre contenido y precio que ofrece Black Stories como del valor como juego narrativo de investigación en el que te sientes transportado al mundo que plantea que nos da Sherlock Holmes: Detective Asesor.

Lo amarás: si todo lo que ponga «Londres victoriano» ya es un 10 para ti.

Lo odiarás: si tienes que jugarlo.

Juego proporcionado por Generación-X

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